La elaboración de cocaína requiere de precursores químicos, tal como explicó el licenciado Néstor Pozzi a Rosario3.com. Lo curioso es que este tipo de productos es de venta legal aunque su comercialización está controlada por el Estado a través de un registro. ¿Cómo se provee entonces una cocina de sus ingredientes más preciados?

“En el mercado negro todo se consigue”, apuntó el químico quien confió que incluso, los mismos cocineros suelen cambiarles las etiquetas a las botellas, provocando una mayor confusión y gravedad a la situación, ya que ni siquiera utilizan los productos originales. “Se buscan precursores que sustituyan a los precursores esenciales, se intenta buscar solventes que no están regulados y eso hace que se dificulte nuestro trabajo”, señaló.

Según confiaron otras fuentes reservadas, existe una connivencia entre algunos laboratorios o fábricas de este tipo de solventes con los compradores dedicados a la fabricación o cristalización de cocaína, que logran abastecerse de cantidades considerables pagando al contado y más caro pero sin mediar factura o comprobante de pago alguno.

A fin de atacar este tramo de la cadena de la compra-venta de estupefacientes, la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), firmó un acuerdo con Santa Fe a fin de reforzar el control de precursores químicos en el territorio provincial. Este tipo de productos viene numerado por lo cual, se puede seguir la ruta que siguieron desde su fabricación a su aparición en una cocina de drogas.

Una alta autoridad policial reveló que los precursores químicos son hoy tan importantes como la sustancia misma ya que permiten elaborarla. Seguir sus pasos podría permitir terminar con la fuente proveedora, aunque se trate éste de un negocio lícito.

Secuestros de cocinas, año por año

El 29 de mayo de 2008 se realizaron dos procedimientos por parte de la División General de Prevención y Control de Adicciones de la Policía de la Provincia de Santa Fe en la ciudad. Según fuentes oficiales, en ambos operativos se secuestraron 4.608.90 gramos de clorhidrato de cocaína y 10 kilos de la misma sustancia, respectivamente. Entre los elementos secuestrados figuran: botellas conteniendo líquidos precursores, prensas hidráulicas, máquinas para soldar, anafes, balanzas, licuadoras y celulares.

Al año siguiente tuvieron lugar 7 procedimientos, dos en Villa Gobernador Gálvez, dos más en Rosario, uno en Funes y otro en Rosario. De acuerdo a las precisiones brindadas por la policía, el 18 de marzo de 2009 se desbarataron dos cocinas de drogas en Villa Gobernador Gálvez. Entre ambas, se logró reunir casi 5 kilos de cocaína y más de 2 kilos de pasta base. También se encontraron ácido clohídrico, acetona, thinner, prensas, moldes, manitol, teil-etil-cetona y claro, armas, celulares y dinero en efectivo.

Un mes después, se producían dos allanamientos en la ciudad. Uno tuvo lugar en Battle y Ordóñez y el otro en calle Barbosa al 600. Se dio con gran cantidad de precursores y sustancias usadas para los cortes: cafeína y lactosa monohidratada.

El 6 de junio se procedió a desbaratar dos cocinas en la vecina localidad de Alvear. En ambas viviendas allanadas se encontró pasta base y lo de siempre: acetona, ácido clorhídrico, amoníaco, aguarrás, xilocaína para los cortes, armas, teléfonos y dinero.

Finalmente, el 23 de junio se dio con una cocina en Funes. En una vivienda de calle Candelaria al 1200, fueron secuestrados 1.293 gramos de clorhidrato de cocaína y unos 400 gramos de pasta base. Baldes plásticos, ollas con vestigios de cocaína y algunos productos químicos fueron hallados en el lugar.

Durante 2010 se bajaron tres cocinas, dos de ellas en Rosario y la restante en la ciudad de Tostado. En septiembre, agentes policiales allanaron una vivienda de calle 24 de septiembre y pasaje Convención donde se toparon con clorhidrato de cocaína y pasta base. También había acetona, éter, thinner, ácido muriático, solvente, cafeína, manitol, balanzas e incluso una receta con instrucciones para elaborar cocaína.

El otro punto quedaba en zona sur, en calle Centeno al 600 bis. Allí también se fabricaba cocaína: se encontró pasta base y clorhidrato, balanzas y permanganato de potasio.

El procedimiento en Tostado fue de grandes dimensiones. Se secuestraron 40.554 gramos de clorhidrato de cocaína. En el operativo del 20 de octubre se halló en el mismo lugar una serie de elementos químicos: xylocaína, manitol, éter etílico, acetona y ácido clorhídrico.

Mientras que en 2011 no hay registros de cocinas en la zona, este año se terminó con una en Rosario. Fue en Ayolas y acceso sur, en el barrio La Tablada. Fuentes oficiales informaron que en el sitio se secuestraron unos 20 mil gramos de clorhidrato de cocaína y casi 3 mil de pasta base, además de una variedad de precursores.

La última cocina desbaratada estaba en Colastiné. En el lugar había 100 gramos de marihuana, 12.335 gramos de cocaína procesada y 350 gramos de la conocida como “alita de mosca”. Prensas, licuadoras, acetina, éter, balanzas y todo tipo de recipientes completaban los “utensilios”.