El baño, la cámara y la farándula conforman un triángulo capaz de agrupar a personalidades impensadas. Una de ellas es Marcela Kloosterboer.

Pero hasta a la actriz que supo cultivar un perfil bajo en su carrera le llega su tapa en bombacha y corpiño en la revista Paparazzi.

Se trata de una auto foto que se difundió hace unas semanas. En ella, Kloosterboer, de 30 años, aparece en pose, frente al espejo de un baño, probablemente después de una ducha reparadora.

Con una sonrisa sutil, el pelo revuelto y sin photoshop, la ex nena prodigio deja a la vista la conjunción exitosa gimnasio y genética.