Central lo hizo de nuevo. Y dejó minimizado casi hasta el ridículo a un rival respetable como Gremio. La semana pasada, arrancó la faena ganando por 1 a 0 en Porto Alegre. Y esta noche, liquidó la llave de octavos de final de la Libertadores con una goleada aplastante, que lo dejó entre los mejores ocho equipo del continente. El sueño sigue en pie. Y ahora lo espera Atlético Nacional de Medellín.

El elenco de Coudet se impuso por 3 a 0 con dos goles de Marco Ruben en el primer tiempo y otro de Alejandro Donatti, de cabeza, en el complemento. De esta manera, sentenció la serie con un lacónico global de 4-0 y una marcada superioridad sobre su rival, seguramente en el más desigual de todos los cruces de esta instancia.

La Academia no dejó dudas. Pegó rápidamente, casi desde el vestuario, ya que a los 4 minutos ya estaba arriba de nuevo. Esa ventaja descolocó a su adversario, que ni siquiera pudo empezar a leer la partitura que había armado su entrenador. Y Central aprovechó la supremacía futbolística y espiritual para bajarle el martillo al choque en esa misma etapa y a través de un penal de su artillero.

En el complemento, sólo le quedó administrar la diferencia. Y pudo aumentarla a través de un cabezazo de Donatti, que puso cifras de goleada apenas comenzada la etapa. Gremio fue presa de su impotencia y nerviosismo y pasó una noche de pesadilla. Y al Canalla hasta le quedó tiempo para celebrar la vuelta de Pablo Álvarez, ovacionado desde los cuatro costados tras su licencia por un grave problema familiar.

La semana que viene, Central deberá recibir en este mismo escenario al mejor equipo de la fase regular, el verdiblanco de Medellín, que sacó de camino a Huracán (no sin polémica) y que definirá de local ya que sumó la mayor cantidad de puntos en la fase regular. El sueño auriazul sigue intacto. Y esta noche se alimentó con otra actuación llena de jerarquía y contundencia. Todos sueñan con repetir noches como estas. 

Lo mejor del partido