Tampoco fue la tercera la vencida para Central. Esta vez, el verdugo canalla fue River Plate. En el mismo escenario del año pasado y en un partido lleno de goles. Que le dio el título de la Copa Argentina, el pasaporte a la Libertadores y más de 3 millones y medio de pesos al Millonario. Y le dejó una nueva gran frustración a la impactante masa de hinchas canallas que acompañaron al equipo en el Kempes. Además, provocó la renuncia de Eduardo Coudet.

Los goles del vencedor fueron obra de Lucas Alario en tres oportunidades e Iván Alonso, mientras que Marco Ruben en dos ocasiones y Damián Musto anotaron para el auriazul. El goleador centralista vio la roja a cinco minutos del epílogo de un cotejo intenso y polémico, que volvió a dejar el arbitraje (esta vez de Loustau) en el eje de la polémica.

El auriazul estuvo a media hora de ganar un pleito que empezó perdiendo desde temprano. Se repuso merced a un error del arquero Batalla; pasó a ganarlo por Ruben; Alario lo volvió a igualar con otro penal que el juez le cobró demasiado puntillosamente a Gissi, hasta que a 28 minutos del epílogo, Ruben había vuelto a ponerlo en ventaja. Pero el flojo trabajo defensivo propició otros dos gritos riverplatenses y ya no hubo tiempo para reaccionar.

Esta caída se transformó en un nuevo golpe para el club de Arroyito, que ve como vuelve a escapársele el torneo que ya acarició en las dos ediciones anteriores, cuando perdió por penales ante Huracán y con el desastre de Ceballos ante Boca. Y fue el último encuentro de Coudet como DT, que pese al disgusto de esta noche condujo un ciclo brillante, al que solo le faltó la vuelta olímpica.