Central se va del Coloso con una mueca de preocupación. Porque a este equipo se le exige más que el simple hecho de mantener, con un empate, la racha positiva en clásicos contra Newell's. Y eso es lo único destacable de la tarde de hoy: por lo demás, fue un domingo para olvidar.

El elenco de Coudet no pudo manejar el trámite casi en ningún momento del partido. Y apenas llegó al arco rival con peligro en contadas ocasiones. La mejor, un disparo externo de Lo Celso, recién iniciado el cotejo, que pasó muy cerca. Nada más. En su arco, en cambio, sudó bastante. Y de no ser por Sosa, lo podría haber perdido.

La ausencia de Pinola se sintió, ya que su reemplazante, Mauro Cetto, lució extremadamente lento. Pero mucho tuvo que ver el hecho de que el mediocampo nunca haya tomado las riendas. Colman no la pudo tener, Cervi y Lo Celso estuvieron apagados (mejor el 10 que el otro juvenil), Aguirre no aportó nada y a Musto le complicó la existencia la posición de Formica y Fertoli. Ruben quedó muy solo.

El cansancio de un semestre agotador pareció hacer mella en la intensidad de este equipo, a pesar de haber tenido una semana completa para descansar. Pero mucho tuvo que ver esta vez su rival, que en las tarjetas sacó algunos puntos más. Y que desnudó algunas falencias sistémicas que genera dudas. Quzás, cuando regrese Larrondo y Fernández esté entero, la cosa será distinta.

A Central todavía le queda la Copa, en la que el miércoles jugará, desde las 21.45 ante Gremio, la ida de los octavos de final. Pero en el torneo, de los últimos 21 puntos, sólo sacó 6. Y quedó a cinco unidades de los punteros, que ganaron sus respectivos encuentros. Desde lo matemático, sigue con chances. Pero con apenas cuatro fechas por jugar, ya quedó virtualmente fuera de carrera.