El fútbol es una pasión popular que no se puede explicar con palabras. Bajo ese contexto, decenas de hinchas de Rosario Central hicieron campamento durante toda la noche frente al Gigante de Arroyito para conseguir una entrada en la final de la Copa Argentina frente a Boca, que se jugará el miércoles a las 21.10 en el estadio Mario Kempes de Córdoba. Anécdotas e historia de todo tipo caben en esa loca fila canalla.
La periodista de Radio 2 Rocío Baró fue en busca de los hinchas que acampaban por calle Génova este sábado a la mañana. En general se trataba de jóvenes que esperaban el relevo de amigos o familiares para “aguantar” hasta este domingo a las 11 de la mañana, momento en que se abrirán las boleterías para los socios.
Reposera, mate, café, alguna que otra cerveza o fernét y mucha buena onda para soportar las largas horas de espera dominaban el paisaje de este sábado en el Gigante.
Hernán, un joven canalla que estaba primero en la fila, dijo en el programa Esto se baila así (Radio 2) que llegó “a las 5 de la mañana” de este sábado. “Yo me quedo hasta las 5 de la tarde y después viene otro chico a relevarme”, detalló.
Luego la periodista puso al aire a un grupo de chicas que seguían en la cola. “Nosotras llegamos primero, pero vinieron estos chicos y se nos colaron”, reclamaron. Los “colados”, lejos de avergonzarse, aprovecharon para tirarle onda a las jovencitas: “No se enojen chicas, son muy lindas para estar enojadas”.
Gino era otro de los jóvenes que montaba guardia desde la noche anterior. “En un rato sacamos la parrillita y vamos a hacer un asadito o unos choris acá en la vereda”, anticipó ante la consulta del conductor Juan Junco.
Y se animó a hacer un análisis de la final que se viene en Córdoba: “Al equipo lo veo bien, pero una final siempre es difícil”, dijo. Y puesto a elegir entre el torneo o la Copa Argentina, tiró: “Los canallas queremos todo, pero con uno de los dos torneos nos conformamos”.
Por último, el muchacho pidió que los hinchas que habitualmente no van a ver al equipo del Chacho no viajen al Kempes: “Los fierros se tienen que quedar en la casa”, remató.
