Los goles


Por la décima fecha de la Superliga de primera división, Rosario Central cayó en Paraná ante Patronato, el que era (hasta esta victoria) el último equipo de la tabla. El Patrón, que hoy estaría descendiendo, se impuso por 2 a 1 en la última pelota del partido. El elenco de Bauza llegará al clásico de la peor manera.

Facundo Barceló puso en ventaja al local a los 22 minutos del primer tiempo; Germán Herrera empató a los 38 segundos del complemento; y el propio Barceló, cuando se jugaban 48 minutos, metió el cabezazo que sentenció la historia.

Los auriazules llevan ya ocho partidos sin ganar: seis por Superliga y dos por Copa Argentina. El Patón parece no encontrarle la vuelta al rendimiento de sus jugadores y se jugará mucho más que el pasaje a semifinales de la Copa Argentina el jueves ante la Lepra.

En cambio, los rojinegros de Sciacqua obtuvieron el segundo éxito del campeonato y salieron del fondo de la tabla. En la de promedios, acumulan 74 al igual que Belgrano y San Martín de San Juan en el puesto de primeros descendidos.

El por qué
 

El primer tiempo fue parejo y había sido Central el que había tenido la más clara: un derechazo de Parot que pegó en los dos palos. Pero fue el local el que se puso en ventaja a los 22 minutos: Sperduti envió un centro pasado, Comas la bajó, Caruzzo quiso despejar pero le rebotó a Sandona y Barceló se la encontró picando para marcar el 1-0.



El tanto desacomodó a Central, que salió a presionar más arriba y se descuidó en el fondo. Y si no fuera por la providencial salvada de Marcelo Ortiz en el mano a mano de Sperduti con Ledesma, se había ido al descanso 0-2.

Tras el entretiempo, Central salió más convencido y metido y logró el empate rápidamente. A los 38 segundos, Bettini metió un centro fantástico tras una buena jugada colectiva y Herrera igualó a través de un cabezazo.

Consumada la igualdad, los dos conjuntos intentaron ganarlo por sus métodos: Patronato apretando más alto, intentando ser un equipo corto y forzar el error adversario; Central contestando de contra, aunque también dejando huecos en el fondo en esas salidas.

La más nítida del rojinegro fue un centro de Carabajal que no pudo empujar en el área chica Barceló; pero los de Arroyito tuvieron un mano a mano que desperdició Zampedri al patear mal de zurda ante Bertoli.



Cuando parecía que el 1-1 estaba decretado, llegó un tiro libre desde ña derecha, Bettini soltó a Barceló en el área y éste no lo perdonó: cabeceó al gol desatando la locura de los hinchas en el Bartolomé Grella. Ya no hubo tiempo para ninguna reacción canalla, que no tuvo fútbol ni espíritu para ganarlo.

El nivel de los futbolistas auriazules fue preocupante, aunque tampoco ayudó el rendimiento colectivo. No anduvieron bien los creadores de juego y encima defendió mal. Así, cuesta pensar con optimismo en el trascendental cruce copero del jueves.