La jugada se convertirá en eje de debate durante toda la semana. ¿Qué importa más, el procedimiento y el reglamento o una sanción justa a la que se llega por medios no válidos? Ese es el interrogante que sobrevuela al fútbol argentino tras lo ocurrido este sábado a la noche en el choque entre Vélez y Arsenal. Germán Delfino, el árbitro del encuentro, se basó en las imágenes de televisión para no convalidar un penal que había sancionado.

La polémica jugada sucedió a los 12 minutos del segundo tiempo (con el partido igualado 1-1) en la que Delfino cobró penal y expulsó a Dany Rosero Valencia por una mano del zaguero colombiano dentro del área, cuando en realidad la mano fue del delantero de Vélez, Mariano Pavone.

Entonces, Delfino, a instancias del cuarto árbitro Lucas Comesaña, retrotrajo la jugada, anuló sus dos fallos (el penal y la tarjeta roja) y amonestó a Pavone. A todo esto el partido estuvo detenido durante 9 minutos.

Hasta ahí todo era correcto y legal, aunque la realidad es que Comesaña, y por ende Delfino, se apoyó en la imagen televisiva (por un camarógrafo que estaba dentro del campo de juego) para revertir la decisión.

Una vez finalizado el partido, que terminó con victoria del local por 2 a 1, el director técnico de Vélez Sarsfield, se quejó por lo que a su juicio fue un procedimiento fuera de lugar. "Si aceptamos la tecnología, yo estoy de acuerdo. Pero el fútbol no acepta la tecnología. Entiendo a Delfino, pido disculpas por la forma en la que protesté, pero la FIFA claramente no acepta la tecnología", aseguró.