Y como era de esperar, llegó al escándalo por el audio Nery-Palma la bolilla que faltaba: el árbitro Diego Ceballos. Que fue salpicado por las declaraciones de Domínguez, quien le dijo suelto de cuerpo al Negro Palma que el juez “estaba arreglado” por los dirigentes canallas, que brindaron con champagne antes de la final con Boca.

"Me enteré por comentarios de conocidos. Los desmiento rotundamente. No me puedo enganchar en todo lo que dicen. Son dos personas representativas de Central, pero es un invento. Pueden hablar hablar de mí todo lo que quieran, pero sigo durmiendo tranquilo con mi conciencia”, tiró el juez.

Ceballos afirmó: “Estoy destrozado por lo que pasó aquella noche en la final en Córdoba, porque mi carrera se derrumbó. Y sé que cometí un error grosero en el penal que sancioné a favor de Boca, la falta a Peruzzi fue bastante afuera del área. Pero sigo angustiado por lo que me tocó vivir".

"La realidad es que hoy se me acabó la carrera, no puedo dirigir ni un soltero contra casados, pero de algo estoy seguro: no quiero desaparecer del mundo del arbitraje. Me va a costar muchísimo volver y todavía estoy pagando mis equivocaciones. Y hoy mi situación todavía no se resolvió”, añadió.

Finalmente, tiró: “No veo la hora de salir a demostrar todo lo que sé en un campo de juego, estoy ansioso en ese sentido porque quiero otra chance. Los árbitros siguen siendo honestos y si, por ejemplo, yo me matara, nadie viviría tranquilo con algo así".