En la que ya es la mayor sorpresa del primer Grand Slam del año, Rafael Nadal, número cinco del mundo, se despidió en primera ronda ante su compatriota, el también español Fernando Verdasco. Es la segunda vez que le ocurre algo así al ex número 1 del planeta.

Verdasco (45º del ranking mundial) ganó en cinco sets con parciales 7-6 (8-6), 4-6, 3-6, 7-6 (7-4) y 6-2en  cuatro horas y 40 minutos. Ya le había pasado algo así en Wimbledon en 2013, cuando tampoco pudo superar la primera ronda.

Nadal, ganador de 14 torneos grandes, aspiraba a reestablecer su confianza en 2016, pero este mal inicio es un pésimo antecedente para arrancar. 

"No estoy contento con la manera que jugué. En el cuarto set no estuve tan mal, pero Verdasco fue mejor. Jugó mejor que yo, más agresivo, tomó más riesgos y ganó. Probablemente lo mereció. Es una dura derrota", señaló en rueda de prensa después del partido.

"El mayor problema era el primer set. En mi opinión él no estaba jugando tan bien y yo debería haber aprovechado eso, pero no lo hice", reconoció el cinco mundial.

Aún así, Nadal se vio con posibilidades durante el encuentro. "Podría haber ganado el partido, pero lo perdí porque Verdasco estaba jugando mejor, sobre todo en los dos últimos sets".

Nadal también se mostró contrariado porque las sensaciones en la previa eran óptimas. "No fue mi día, no estaba listo para competir en la forma que había estado entrenando y eso no me deja feliz. Espero que la próxima vez pueda competir mejor porque estaba jugando bien".

Sin embargo, pese a abandonar Melbourne es optimista. "No me queda otra que seguir entrenando duro y continuar por la misma línea de entrenamientos que los últimos cuatro o cinco meses", señaló el tenista.

Nadal también valoró la nueva forma de juego. "el tenis está cambiando, ahora todo el mundo intenta pegarle a todas las pelotas y desde cualquier posición. No hay pelotas para preparar el punto, todos le pegan durísimo y buscan los tiros ganadores"