Tras una ola de renuncias en el Gobierno desatada por la pesca ilegal de merluza negra por parte de la empresa Prodesur (de capitales chinos) en el Mar Argentino, un buque de nombre Tai An arribó esta semana al puerto de Ushuaia con una carga de 163 toneladas de ejemplares de esa especie, valuada en 5 millones de dólares.

A la renuncia del exdirector de Control y Fiscalización Pesquera, Julián Suárez, se le sumó la decisión gubernamental de suspender parcialmente la pesca de merluza negra en el Mar Argentino, hasta tanto se aclaren los hechos que desencadenaron la salida del funcionario. En medio de esta situación también renunciaron el subsecretario de Pesca, Juan Antonio López Cazorla, y Guillermo Abdala Bertiche, quien se desempeñaba como director nacional de Acuicultura.

De acuerdo a la denuncia que Suárez realizó al final de su estadía en el cargo, recibió presiones por parte de la Cancillería de pasar por alto intencionalmente a un buque con rótulo argentino, pero con dueños e inversiones chinas.

La renuncia del ahora exfuncionario estaría vinculada a un tenso cruce con Cancillería vinculado con el buque Tai An, una nave de bandera argentina, radicada en Tierra del Fuego, cuyo propietario es un empresario chino que vive en esa provincia y es dueño de la empresa Prodesur.

Días atrás, el pesquero llamado Tai An, de matrícula 01530, estaba pescando la codiciada merluza negra en una zona prohibida. En ese marco, surgió un supuesto pedido de autoridades del Gobierno para desregular la pesca en el país.

Uno de los ejemplares juveniles de merluza negra que transportaba el Tai An. 

Desde hace más de 15 años existe un sistema de cuotificación para la pesca de la merluza negra, una especie protegida a nivel global, por lo que ni empresas locales ni extranjeras pueden pescar merluza negra sin autorización. Además, en ningún caso se pueden pescar ejemplares en etapa de desarrollo, y en el pesquero propiedad del empresario chino Liu Zhijiang se hallaron 60 toneladas de estos.

Los barcos, además de los permisos de pesca nacional correspondientes, tienen que tener una cuota asignada para poder hacer las capturas. El Tai An no tenía cuota autorizada.

Es por esto que distintos expertos ambientales se alarmaron al advertir que se hallaron ejemplares juveniles, de longitud menor a 30 centímetros.

"La pesca indiscriminada de 163 toneladas de merluza negra, de las cuales gran parte son juveniles, significa una depredación a la vida marina y un ataque al frágil equilibrio del ecosistema", expresó la organización ambiental Sin azul no hay verde, especializada en la protección del Mar Argentino y en combatir la destrucción y sobreexplotación de la biodiversidad y hábitats marinos.

El Tai An es un buque que pesca con redes de arrastre en el lecho marino y produce surimi a bordo.

"El caso del buque Tai An, que pescó toneladas de merluza negra juvenil sin tener permiso para hacerlo, refleja la impunidad de algunos actores de la pesca en Argentina y la falta de conciencia ambiental y del impacto negativo que tiene un hecho así en nuestro ecosistema marino", agregó la organización en un posteo de X.

La ONG destacó no solo la ilegalidad del accionar "sino también la práctica utilizada (pesca de arrastre) y sus consecuencias ambientales". "Si la pesca realizada fue directa o incidental a estas alturas en material ambiental ya no es relevante: el ecocidio ya sucedió", enfatizaron desde la entidad, que también criticó la falta de controles y fiscalizaciones.

Las empresas denunciantes son Argenova S.A., Estremar S.A.U. y Empresa Pesquera de la Patagonia y Antártida S.A. (Pesantar). Estas tres empresas, que tienen barcos pesqueros y están habilitadas para pescar Merluza Negra, son quienes alertaron sobre la situación irregular en el barco Tai An. Desde Prodesur, por su parte, plantearon que en realidad es un intento para reinstalar un monopolio.

A diferencia del resto de las empresas, Prodesur tiene permitido pescar todo menos especies particulares como la merluza austral, langostino o la propia merluza negra.