¿Alguna vez te preguntaste cuántas veces prestas atención y mirás a la persona que maneja el taxi antes de subirte?

Pues bien la gran mayoría de los que participaron—involuntariamente—de esta broma/comercial publicitario ya estaban prácticamente arriba del auto cuando se dieron cuenta de lo obvio: el conductor era un niño de sólo tres años.

La empresa Hailo realizó este comercial disfrazando a un adulto de asiento y sentando al niño por delante de la persona. Esto generó la aterradora ilusión de que quien conducía el coche realmente era el nene.

Las reacciones de los transeúntes cuando se cruzan al pequeño manejando son simplemente brillantes.