Después de firmar un acuerdo con Nación junto a todas las provincias, menos San Luis, el gobernador Miguel Lifschitz celebró que “mejoramos muchísimo la propuesta original” y destacó que logró incorporar “sobre el final” el pago de la deuda con Santa Fe porque amenazó con no firmar el convenio. También reconoció que habrá una suba del impuesto inmobiliario en la provincia para compensar, en parte, el impacto de una baja en los ingresos brutos.

En diálogo con el periodista Sergio Roulier (La primera de la tarde, Radio 2), el mandatario señaló que la “propuesta que originalmente hizo el gobierno nacional era negativa y a Santa Fe nos obligaba a renunciar a un juicio ganado, como el de la deuda por coparticipación, pero logramos revertir esa situación y mejorarla muchísimo”.

Para Lifschitz, el pacto firmado “termina siendo razonable” y aclaró: “Incorporamos sobre el final, incluso yo amenacé con no firmar, un artículo para Santa Fe que dice que antes del 31 de marzo tiene que estar el monto y la forma de pago de la deuda” (algo que adelantó vía Twitter).

El gobernador interpretó que al estar “suscripto por el total de las provincias (menos San Luis)” se trata de un “aval muy importante” para ese negociación, pendiente desde noviembre de 2015 cuando la Corte Suprema ordenó el pago de ese pasivo histórico.

La deuda es de 23 mil millones de pesos en valor histórico y parte de la “discusión es cómo se actualiza” porque pasaron varios años. Para la provincia ya son más de 50 mil millones de pesos. El acuerdo fija una fecha límite pero no pre condiciones (es decir si debe abonarse en efectivo, con bonos u obras como propuso el gobierno nacional).

Otro de los puntos que valoró el dirigente socialista fue que la provincia de Buenos Aires renuncia a su demanda millonaria por los fondos del conurbano. “Si hubiera llegado a un fallo favorable (de la Corte hacia el distrito de María Eugenia Vidal), eso habría significado un golpe económico muy importante”, estimó.

Sube y baja de impuestos

Parte de las exigencias de la Nación a las provincias fue un descenso de impuestos como ingresos brutos, para aliviar la carga tributaria a las empresas. Como contrapartida las administraciones avanzarían en subir el impuesto inmobiliario, urbano y rural, que recae sobre particulares.

Si bien Lifschitz explicó que en Santa Fe “una cosa no compensa la otra” sí “se planteó la necesidad de actualizar los inmobiliarios y Buenos Aires ya aprobó casi un 65% de subas”. “Nosotros vamos a ir con una propuesta mucho más moderada”, confirmó, aunque no adelantó el porcentaje de incremento local.

“Pero aún actualizando los inmobiliarios es de muy poco impacto frente a ingresos brutos. De todo lo que recauda la provincia, el 75% corresponde a ingresos brutos y 14% ó 15% al inmobiliario. O sea que estamos hablando de una proporción pequeña”, añadió.

Los "criterios comunes de ingresos brutos" se aplicarán desde 2018 para "paulatinamente ir homogeneizando las alícuotas en todo el país que afectan al sector privado: empresas y sector comercial", continuó el mandatario socialista.

Una advertencia

En términos generales, analizó Lifschitz, "es un acuerdo razonable para todas las partes" aunque "tiene algunos supuestos o hipótesis que tienen que cumplirse, por ejemplo que haya crecimiento de la economía de 3,5% anual".

"Si hubiera recesión, el impacto de bajar impuestos sería mucho más negativo", advirtió y sostuvo que la teoría indica que "la baja de tributos sobre el sector productivo ayuda a la reactivación de la economía y generación de empleo".