Los padres de una niña de 11 años denunciaron que las autoridades del Liceo Aeronáutico Militar de Funes le impidieron el ingreso a la chica pese haber pasado el examen y afirmaron que esa medida se tomó por “ser celíaca”.

Según afirmó su madre María Inés a Rosario3.com, el test de aptitud física le dio bien a su hija y aprobó las evaluaciones de Matemática y Lengua. Sin embargo, no le permitieron ingresar “por su baja estatura”. Según el relato de los padres, en diálogo posterior con una médica de la institución, ésta les preguntó “¿para qué quiere recibir formación militar, si los celíacos (personas que llevan una dieta exenta de gluten) no pueden pertenecer a las Fuerzas Armadas?”.

El sueño y las trabas

Nerea tiene 11 años y mide 1 metro con treinta centímetros. Practica danza y gimnasia deportiva desde pequeña, ama el entrenamiento físico y desde hace unos meses, manifestó su deseo de empezar a prepararse para ser piloto aeronáutica. Se lo dijo a sus padres –María Inés y Fabio– quienes decidieron acompañarla en la decisión que la nena sostiene con firmeza, a pesar de su corta edad. Pensaron inscribirla en el Liceo Militar de Funes, donde además del Bachillerato los cadetes reciben entrenamiento militar; pero la ilusión de todos duró poco tiempo.

“Luego de una entrevista y después de leer todos los requisitos de inscripción publicados por el Liceo, empezamos a prepararla para el examen académico y para todos los estudios que la institución requiere”, contó María Inés.​

“Nerea se hizo radiografía de columna, campo visual, audiometría, examen ginecológico, electrocardiograma y examen de aptitud física. Todos los resultados fueron normales, excepto una observación: resaltaron su calidad de celíaca, algo que ya estábamos tratando con su pediatra de cabecera”, explicó la madre.

El 13 de noviembre que pasó –siempre según el relato de la familia– dentro del Liceo Militar le realizaron a Nerea una extracción de sangre. Luego fueron a un consultorio interno donde el médico recibió todos los estudios y tras evaluarlos, les dijo que estaba todo bien, y que estaban listos para pasar al siguiente nivel. Aún así, María Inés notó que sobre la carpeta médica de la niña, el médico escribió la palabra “celíaca”.

Después del examen físico –describe la madre– el gabinete psicológico aplicó un test a Nerea y hablaron con ella por más de una hora. También los padres fueron entrevistados. Aprobado este paso, la última formalidad antes de la evaluación académica, fue el pago de mil quinientos pesos, en concepto de derecho a examen y la niña fue habilitada para rendir en la semana siguiente.

El 20 de noviembre, Nerea rindió Matemática y el 21, Lengua; pero a pesar de haber aprobado ambos exámenes, sus padres comprobaron con sorpresa, que no figuraba en la lista de ingresantes como cadetes militares, sino que estaba incluída en la lista del secundario normal.

“Fuimos al Liceo confiados en que había un error administrativo; pero no. Nos dijeron que nuestra hija no ingresaba porque es chiquita de contextura física, lo que nos pareció una perfecta excusa porque en los requisitos para la inscripción no hay especificación alguna sobre estatura o peso mínimo”, dijo María Inés.

Luego de ese inesperado baldazo de agua fría, los padres de la niña fueron recibidos por una médica del Liceo, de quien aseguran haber recibido otra versión acerca de las causas del rechazo.

Aislados

“Después de que cuestionáramos la decisión arbitraria del Liceo y tras insistir mucho en saber los motivos reales, la doctora Gelardi nos dijo que ella no estaba de acuerdo con que alumnos celíacos asistan al Liceo Militar, ya que es un lío «aislarlos» para que coman y una locura prepararles alimentos aptos. No conforme con esta valoración cargada de errores y prejuicios, la profesional nos preguntó para qué le daremos formación militar a la nena si nunca va a poder pertenecer a las Fuerzas Armadas Argentinas, por ser celíaca”, relató la madre y remarcó que la médica daba por sentado que las personas celíacas deben comer aisladas del resto.

Muchos interrogantes invaden a María Inés y a Fabio, quienes anunciaron que harán una presentación por discriminación contra la niña. Afirman dolidos que tras enterarse del rechazo no sólo vieron frustradas las expectativas de Nerea, sino también dañada la imagen que tenían de la institución a la que pensaban confiarle la formación académica de su hija.