Un albañil de 34 años denunció este miércoles a oficiales de la comisaría 2ª quienes, aseguró, lo detuvieron injustificadamente esa madrugada y lo condujeron contra su voluntad a la seccional de Paraguay al 1100 donde –señaló– lo encerraron en una celda y le propinaron golpes con un palo de madera “más grande que una escoba”. 

Según un comunicado del Movimiento Evita, cuyos referentes tomaron conocimiento de lo ocurrido y acompañaron a Víctor en su denuncia –en el marco de la campaña nacional contra la Violencia Institucional– el obrero fue detenido el miércoles alrededor de las 4 de la madrugada cuando caminaba por el centro.

“Después de revisarlo y sacarle los cordones de las zapatillas, lo dejaron en una celda, sin permitirle comunicarse con nadie del exterior”, informaron. Después de cinco horas incomunicado, lo trasladaron a la sala de espera donde le dieron un poco de agua pero lejos de terminarse ahí la cosa, lo volvieron a encerrar a la celda, un calabozo triangular “sin luz ni agua y con olores nauseabundos”, como él mismo describió en la denuncia.

Así se quedó un rato hasta que volvió a pedir agua; una petición que pareció detonar la ira de uno de los agentes, un oficial de 55 años. “Mencionaba todo el tiempo que quien mandaba en ese lugar era él. Que él era el jefe”, contó Víctor, y acto seguido –continuó el relato– comenzó a pegarle con un palo largo de madera, “más grande que un palo de escoba”.

Recién al mediodía, casi ocho horas después de haber sido arrestado, fue liberado, no sin antes haber sido obligado a firmar una serie de papeles que no le dejaron leer. “Desconozco qué fue lo que firmé”, reconoció.