Quizás no lo sepas pero, si tenés cálculos renales, es imprescindible que lleves una dieta saludable y especial según tu condición. La alimentación puede eliminar o provocar que las piedras de los riñones se agranden.

Qué saber sobre los cálculos renales

Un cálculo renal se forma a partir de unas partículas microscópicas conocidos como cristales. En la mayoría de las personas los compuestos de la orina evitan la aparición de las masas o piedras pero no en todos los organismo ocurre lo mismo.

El tipo más frecuente de cálculo está conformado por oxalato y calcio (75 % de los casos). Cada paciente puede necesitar un tratamiento diferente según qué piedra se haya formado. También depende el tamaño y la periodicidad con que aparecen.

Los síntomas o signos de piedras en los riñones son:

- Dolor en la parte baja de la espalda (debajo de las costillas) y en los laterales de la columna.
- Dolor intenso por períodos de 20 a 60 minutos.
- Molestias que alcanzan el abdomen y la ingle.
- Sangre en la orina.
- Orina oscura y con olor muy desagradable.
- Dolor al orinar.
- Ganas continuas de miccionar (e ir al baño y solo observar algunas gotas)
- Náuseas
- Vómitos
- Escalofríos
- Fiebre (si hay infección)

La alimentación y los cálculos renales

La dieta puede ser suficiente para que no se formen nuevos cálculos. Es más que probable que el médico indique moderar la ingesta de sal, pero también de otros nutrientes como, por ejemplo:

- Calcio
- Sodio
- Oxalato
- Potasio
- Proteínas

En el caso de sufrir un cálculo de calcio es vital dejar de consumir sal en todas sus presentaciones (también en alimentos muy salados o ya preparados). También reducir al mínimo el calcio de cada comida.

No obstante, hay que tener en cuenta que esto puede ocasionar otros problemas como, por ejemplo, osteoporosis o pérdida de masa ósea.

Las personas que hayan padecido un cálculo de oxalato necesitan bajar el consumo de todos los alimentos que contengan este compuesto. Entre ellos se encuentran:

- Maní
- Café
- Remolacha
- Porotos
- Moras
- Frutillas
- Frambuesas
- Grosellas
- Ruibarbo
- Uvas
- Chocolates
- Perejil
- Verduras de hoja verde (sobre todo espinaca)
- Naranjas
- Harina de trigo
- Cerveza
- Levadura de cerveza
- Tofu
- Pimienta
- Nueces
- Batata

A su vez, está confirmado que llevar una dieta alta en azúcares puede ser un factor determinante para la formación de piedras. Esto se debe a que interfiere en el metabolismo del calcio, el magnesio y los minerales que se encuentran en el cuerpo.

¡Y mucha atención con las bebidas artificiales! Aunque se indique en la etiqueta que son bajos en calorías igualmente tienen una buena cantidad de azúcares y no cuentan en la suma de líquidos que debemos beber al día.

En cualquiera de los dos tipos de cálculos se recomienda aumentar la ingesta de líquido. Esto ayudará a que no se formen nuevas piedras o las que se encuentran en los riñones no aumenten su tamaño.

Una orina con menos concentración de desechos y con más agua reduce el riesgo de que se formen los cálculos. La única manera de lograr esto es bebiendo líquidos. Además del agua mineral, se puede optar por las infusiones naturales y los jugos caseros.

Capítulo aparte para el sodio

Los riñones deben trabajar el doble o triple si comemos demasiada sal. Cuando el especialista nos indica que reduzcamos el sodio lo que hacemos es dejar de ponerle sal a la comida. Sin embargo, muchos de los productos que compramos están repletos de cloruro de sodio y nos puede hacer mal.

Entre estos alimentos podemos destacar:

- Sopas instantáneas
- Cubos de sopa
- Embutidos
- Fiambres
- Comida rápida
- Alimentos empanados
- Bicarbonato de sodio
- Polvo de hornear