El escándalo por la corrupción en Petrobras alcanzó al ex presidente Lula da Silva, que este viernes era llevado a declarar ante el juez por la Policía Federal de Brasil, que allanó su casa y otras propiedades de su familia.

A las 6 de la mañana de este viernes, cuatro vehículos de la Policía Federal de Brasil llegaron a la casa de Luiz Inácio Lula da Silva para cumplir la orden de"conducción coercitiva" que dictó el juez de Curitiba Sergio Moro.

Según explica O Globo, fueron emitidas 44 órdenes judiciales, 33 de ellas de aprensión y 11 de conducción coercitiva. Esto significa que una persona está obligada a prestar declaración. 

Según publica Folha de Sao Paulo, Lula estaba tranquilo y reaccionó bien ante el accionar de la policía.

Además de la casa de Lula, también fueron allanados la sede del Instituto Lula, que dirige el ex presidente; una finca de la localidad paulista de Atibaia y un apartamento en el balneario de Guarujá, entre otros lugares.

Allanamiento en el Instituto Lula
Policía Federal brasileña en el Instituto Lula.


En esos dos últimos casos, las autoridades sospechan que esas propiedades pertenecen en realidad a Lula, aunque figuran a nombre de otras personas allegadas al ex mandatario.

Fuentes policiales confirmaron que también fue allanada la residencia en San Pablo de uno de los hijos de Lula, que está bajo sospecha de haber incurrido en algunas prácticas corruptas junto con su padre.

Las autoridades judiciales, que investigan a Lula por sospechas de "ocultación de patrimonio" y "lavado de dinero", han manifestado que hoy mismo ofrecerán detalles sobre la operación en torno al expresidente y su familia en una rueda de prensa.

Este jueves, la situación se Lula pareció agravarse, cuando fue difundida la declaración de un delator del caso Petrobras, el cual aseguró que el exmandatario "ordenó" sobornar a algunos de los detenidos a cambio de su silencio y de que no colaborasen con la justicia.