Después de un largo trajinar, y de una denuncia que hizo pública Rosario3.com, Delia logró recuperar su vida normal. Se trata de una nonagenaria que había sido recluida en un geriátrico en contra de su voluntad y además le habían usurpado su casa y retenido documentación para cobrarle su jubilación, según el planteo de quienes las defendieron desde un comienzo

Ahora la mujer, que no tiene familiares directos –es viuda y sus dos hijos fallecieron– pero se encuentra lúcida, regresó a su vivienda y volvió a gozar de sus haberes. Pasaron varios meses de sufrimiento después de depositar, erróneamente, su confianza en un hombre que era su remisero a la hora de movilizarse y que está apuntado como el responsable del calvario que vivió.

Es que Delia fue retenida en un hogar de día de Villa Gobernador Gálvez y estafada por personas que la engañaron para mantenerla encerrada, cobrarle su jubilación y pensión, usurparle una casa e intentar quedarse también con otras propiedades de la víctima.

Al menos eso se desprende de una denuncia formalmente realizada en marzo último por una joven que la cuidaba antes del traslado al hogar de asilo. Y que, con el apoyo de abogados de Rosario, logró que la mujer recobrase su libertad y sus bienes.

“Ya le devolvieron su casa con sus muebles, sus documentos y la tarjeta para cobrar la jubilación. Y puede visitarla quien ella quiera”, le contó a este medio el doctor Maximiliano Cozzi, que encabezó el reclamo en el plano judicial.

Señaló que el procedimiento a través del cual tuvieron retenida a Delia en un geriátrico “fue algo muy sucio”. Y según pudo averiguar, por su parte, Rosario3.com, en el entramado pudo existir complicidad del dueño del asilo y de la policía villagalvense.

Después de aquella denuncia publicada por este diario digital y reproducida por Radio 2 el pasado 13 de marzo, la situación de Delia comenzó a cambiar. Según Cozzi, el remisero decidió retirarla del asilo y trasladarla a una vivienda, pero donde todavía podía mantenerla controlada a ella y a sus bienes.

En esa casa, también de Villa Gobernador Gálvez, los abogados consiguieron que se realice la visita de una trabajadora social y un médico forense que constatara su buen estado de salud mental y las condiciones en las que vivía. Pero según consignó su defensa, la anciana declaró bajo presión y su testimonio no resultó suficiente para poder rescatarla.

Iniciaron entonces una presentación para que la declaración se repita en Tribunales, pero no fue necesario por ahora avanzar con ese recurso porque, aparentemente cercado, el hombre que retenía a Delia –en presunta complicidad con algunos familiares y allegados– decidió reubicarla en la propia casa de la mujer.

Dicho cambio, clave en la recuperación de la vida que ella deseaba, se acompañó con el cuidado permanente de dos personas profesionales, relató Cozzi. Y fundamentalmente –agregó–, con todos sus documentos en su poder, porque lo que hoy es ella la única destinataria de los haberes jubilatorios que le corresponden.

Los abogados celebraron el desenlace que tuvo el caso pero advirtieron que seguirán de cerca la situación de Delia para garantizar que las condiciones que ésta recuperó se logren mantener en el tiempo.