Un aneurisma es un ensanchamiento anormal de una arteria, causado por la debilidad en la pared de un vaso sanguíneo. Aún no se sabe a ciencia cierta cuál es la razón del aneurisma. Algunas personas lo padecen de nacimiento y otras, con el correr de los años. Los sitios más frecuentes donde se originan son la arteria mayor que sale del corazón (aorta), detrás de la rodilla (arteria poplítea), cerebro,intestino (arteria mesentérica) y en el bazo (arteria esplénica). Este último caso es muy común en las mujeres embarazadas.

Los síntomas del aneurisma dependerán del área donde se ha desarrollado. Si se presenta cerca del exterior del cuerpo provoca dolores, hinchazón y una protuberancia que se reconoce al tacto. Cuando los aneurismas están en zonas más internas o en el cerebro, no presentan síntomas.

En el caso del aneurisma cerebral, puede expandirse sin llegar a reventar, presionar los nervios y provocar dolor de cabeza, visión doble y vértigo, así como también tinnitus (zumbido en los oídos), pérdida de la orientación, rigidez en el cuello, no poder articular palabras, no entender cuando se le habla a la persona afectada, sensibilidad a la luz, vómitos, convulsiones o pérdida de conocimiento.

Si el aneurisma se rompe, provoca presión arterial baja, dolor, mareos y frecuencia cardíaca acelerada. Además, cuando esto ocurre, los riesgos de morir son más elevados.

Quienes tienen más riesgo de padecer este problema son aquellos con antecedentes familiares o con problemas de circulación sanguínea.

Cómo se detecta un aneurisma

Si se descubre a tiempo la rotura de una arteria, se puede evitar la muerte del paciente. A menudo, esta patología está relacionada con los hábitos poco saludables y otras enfermedades.

La actuación inmediata puede asegurar que la persona siga con vida. El tiempo estimado para actuar es de media hora. Es necesario prestar mucha atención, ya que solo el 40% de los aneurismas son detectados a tiempo y, por ende, el paciente no fallece.

Ya que la mayoría de las personas con esta afección no sufren de ningún síntoma y solo se detectan anomalías al realizar estudios médicos de rutina, no se sabe cómo actuar ante un ataque. Cuando aún no se ha roto, provoca la cefalea centinela, una gran dolor de cabeza en continuado, que no cede por más de que se tomen fármacos.

Si el dolor continúa por mucho tiempo, es necesario visitar al médico. Es algo serio y para ocuparse. Quizás se haya abierto el aneurisma y provocado una hemorragia entre el cerebro y la delgada capa de tejido que protege el sistema nervioso central. La cefalea es muy brusca, y no permite abrir siquiera los ojos. Está asociada a las náuseas, los mareos, los vómitos, la pérdida de sensibilidad en uno de los lados del cuerpo, visión doble o borrosa, falta de fuerza y pérdida de consciencia.

Ya que tras un aneurisma solo la mitad de los pacientes sobrevive y un gran porcentaje de ellos queda con secuelas neurológicas, se debe ir a emergencias o llamar al médico a domicilio cuando el dolor de cabeza es insoportable y no está producido por ningún factor externo como puede ser un golpe, una caída, un accidente, etc.

 

Fuente: mejorconsalud.com