La anorexia sexual es una inhibición persistente a la hora de concretar el acto sexual, en donde el apetito sexual se bloquea de manera completa, creando frustración, desgano y hasta cuadros de depresión.

“Cuando un paciente nos consulta por falta de deseo sexual descartamos primeramente que no esté cursando una enfermedad o algún trastorno mental, o si el origen de la falta de deseo se debe a factores médico-orgánicos”, indica Fabiana Porracin, Licenciada en psicología.

Al igual que la anorexia alimenticia…

En este trastorno, la persona se siente frágil y débil. El deseo sexual es un fenómeno fundamentalmente psicológico que se apoya sobre estructuras cerebrales, y está regulado por neurotransmisores que lo exaltan o lo inhiben. De esta manera, no es asunto simple ni mecánico porque al ser un fenómeno manejable por la mente, la anorexia sexual, en muchas ocasiones, suele estar estrechamente relacionada con las experiencias individuales o los mandatos familiares. Este trastorno sexual también tiene que ver con la falta de diálogo: la mujer no tiene deseos pero es incapaz de expresar sus sentimientos por miedo al ridículo o a frustrar a su pareja, incluso fingiendo orgasmos. Normalmente el hombre no entiende qué le ocurre a ella, y de esta manera comienza el alejamiento. Tal distancia va provocando que la mujer se sienta incomprendida o no considerada y el hombre decepcionado y hasta inhibido debido a que cree que ya no logra que su mujer se sienta atraída o simplemente que ambos se sientan inmersos en una rutina en donde el deseo y el sexo quedan de lado y pasan a un segundo plano.

Síntomas de la anorexia sexual

- Miedo al disfrute sexual.
- Evasión de todo tema relacionado con lo sexual.
- Distorsiones sobre la apariencia del propio cuerpo.
- Juicios y actitudes rígidas acerca de la conducta sexual.
- Mandatos de algún tipo que bloquean el deseo sexual.
- Conducta autodestructiva que limite, pare o evite lo sexual.

Múltiples causas

Hay diversidad de causas por las cuales puede ocurrir la anorexia sexual: socio-culturales, familiares, de pareja, relacionadas al inicio sexual, al estilo de vida, psicológico-personales, entre otras. Los especialistas explican que más de un 30 por ciento de las consultas están vinculadas con la anorexia sexual, un bloqueo que afecta más a las mujeres que a los hombres. Si bien el origen de este problema puede ser psicológico y/o físico, también puede estar asociado a exceso de trabajo o la vida rutinaria de una pareja.

Dentro de una de las causas socio-culturales encontramos –por ejemplo- las que tienen origen en lo más lejano en el tiempo y naturalizado como lo son ciertas ideas religiosas. Aparece la vergüenza, la culpa, vivir el sexo como algo pecaminoso, desconocimiento del propio cuerpo, conductas agresivas hacia la pareja, etc. 

En cuanto a las causas familiares, la atmósfera relativa a la sexualidad es de particular relevancia en la disminución del deseo sexual si la misma es confusa, difusa, perturbada, perversa, abusiva o incestuosa.

Algunos de los factores anteriormente señalados suelen incidir en el inicio de la vida sexual con tantos condicionamientos, inhibiciones, tensiones y represiones que predisponen a un mal clima y a experiencias dolorosas o traumáticas que en muchos casos tienden a perdurar.

Las disfunciones también pueden causarla. Si bien la anorexia sexual ocurre usualmente por algún tipo de trastorno psicológico, es importante tener en cuenta que si las relaciones sexuales no son satisfactorias o existe algún tipo de disfunción como la anorgasmia, eyaculación precoz, etcétera, la preocupación, vergüenza e incluso la frustración que causa este problema puede llevar a la falta total de deseo, bloqueando por completo las ganas de intentar tener relaciones sexuales por miedo al fracaso. En algunos casos, el deseo sexual no está inhibido, sino que ambos compañeros tienen niveles de interés sexual distinto, aunque sus niveles de interés están dentro del rango normal.

Las enfermedades y algunos medicamentos también pueden contribuir a que se presente esta disfunción, en particular cuando nos encontramos ante sensaciones de cansancio y malestar. Los cambios hormonales también pueden afectar la libido. No solo los estrógenos o la testosterona sino también la prolactina, una hormona que se eleva en el embarazo y la lactancia. Pero que también se eleva en el hombre, cuando determinados medicamentos la sensibilizan o el estrés revoluciona las hormonas. La prolactina baja el nivel de testosterona, provocando la falta de apetito sexual tanto en hombres como en mujeres.

La insatisfacción recurrente

Porracin explica que: “otro factor fundamental en la disminución del deseo tiene que ver con la calidad del vínculo de la pareja y el ciclo vital que ésta esté atravesando. Aquí no podemos tampoco dejar de señalar la relevancia que tienen las dificultades en la comunicación que por supuesto devendrán en una mala interacción sexual, lo que activa el circuito de la insatisfacción”. La especialista lo llama la insatisfacción recurrente, falta de deseo convergente. Otros condimentos corrosivos del deseo sexual tienen que ver con la rutina, la falta de sorpresa, la falta de creatividad y novedad. El cansancio, el estrés, los ciclos y/o crisis vitales que puedan estar teniendo lugar.

También inciden los factores personales que tienen que ver con la imagen personal como: sentirse rechazado, inseguros, baja autoestima, diversas concepciones negativas sobre sí mismo y sobre el atractivo personal juegan también un papel significativo en la disminución del deseo sexual.
Quien pasa por este malestar, suele tener una percepción distorsionada de su cuerpo, rechazando su figura así como las funciones o expresiones de su anatomía. Teme a sentir placer y aleja o rechaza a cualquier persona que tenga alguna intención afectuosa o de índole sexual. El trastorno puede ser de toda la vida o adquirido, siendo el primero desde el inicio de la actividad sexual y en el segundo caso luego de un período de actividad sexual normal. Esta es una anafrodisia, que es un sinónimo de anorexia sexual que es como se empezó a llamar en los últimos tiempos,

Consejos para superarlo

- Ante la anorexia sexual lo recomendable es acudir a un especialista ya sea psicólogo o sexólogo. También hay grupos y talleres que tratan esta problemática. La terapia de pareja es otra alternativa. Pero luego hay que continuar con una terapia individual para evitar una recaída, ya que el comienzo puede ser una consulta sexual pero quizás se puede desencadenar en alguna otra problemática que no tenga que ver con alguna deficiencia en el orden del deseo sexual.

- Tener actitud positiva, saludable y abierta sobre la sexualidad y el placer. Es decir, en la mayor parte de los casos los problemas no implican causas fisiológicas, sino causas psicológicas. La baja autoestima produce falta de deseo sexual, y esto incluye desde sentirse poco atractivo, fracasado en el área laboral, familiar y hasta sentimental. En este caso el paciente se siente bloqueado en distintos aspectos de la vida y por ende, lo canaliza en la disfunción sexual.

- Es importante trabajar el conocimiento personal, tanto a nivel corporal como cognitivo-emocional.

- Mantener el erotismo en la pareja desde los pequeños actos, permitirse salidas, actividades que no incluyan terceros y hasta practicar la actividad sexual en lugares que generen distención y pasión. Son importantes las demostraciones de afecto o cualquier otra acción que estimule el placer. (Esto también puede nacer desde la pareja de quien sufre el trastorno). El diálogo en la pareja, también es fundamental.

- Entender y permitirse tener fantasías y goce a través de ejercicios en la pareja para mantener una mejor comunicación en la vida cotidiana. A veces el desgaste, los hijos y otros condicionantes son una barrera para el disfrute en la intimidad. Se recomiendan las técnicas de respiración y relajación para disminuir la ansiedad. Puede ser meditación tradicional o en el caso de practicarse desde hace tiempo, utilizar el reiki, ejercicio para la apertura de chakras espirituales, entre otras.