Un comerciante de Avenida del Rosario al 600 bis contó a El Tres el terrible momento que vivió esta mañana con su esposa cuando recibió la visita de ladrones en su negocio que amenazaron con matar a su hijo de 12 años.

Hace años que Ariel vive en el barrio y atiende la forrajería con su mujer. Todos en el zona lo conocen y lo saludan; pero esta mañana desconocidos se bajaron de un auto negro frente a su local. A paso firme entraron –contó– y apuntaron contra su nene, que con el receso de verano, acompañaba a sus padres en el negocio. Querían la recaudación. Se llevaron, sin embargo, muy poco. Apenas habían logrado hacer 500 pesos.

“Desde que se fue Gendarmería está todo peor”, opinó y señaló con asombro cómo el patrullero que estaba a sólo cuatro cuadras de su local no vio pasar al coche, un Ford Escort viejo y oscuro, y no se percató que su patenta estaba “tapada con aerosol para que no se lea”.

Reconoció que ahora tiene miedo de seguir en el negocio.