Para lograr cicatrizar quemaduras de tercer grado, los médicos requieren de telas especiales para cubrir las zonas afectadas y evitar el ingreso de microorganismos que puedan infectar la herida. Sin embargo, cuando se aplican estos vendajes, las heridas quedan selladas y la cicatrización es más lenta por falta de oxígeno y agua.
El agua y el oxígeno son dos elementos necesarios para que los tejidos se regeneren, ya que ambos ayudan a que las células viajen hacia la herida y formen el tejido cicatrizante. “Por ejemplo, con una curita lo que uno hace es tapar la herida para que no se infecte, pero no le da oxígeno ni hidrata la zona, entonces lo que hacemos desde INTEMA es mejorar ese ambiente para que puedan migrar todas las células y crear tejido nuevo”, sostuvo Gonzalez.
El material fue elaborado mediante nanohilos de celulosa, lo que le otorgó propiedades mecánicas y de barrera. “Una de las ventajas que tiene este apósito es que mantiene la herida hidratada y húmeda, evitando el ingreso de agentes bacteriólogos”, expresó la experta y agregó que, “al tener una elasticidad muy similar a la piel, su tamaño varía de acuerdo a la herida”.
Si bien el trabajo todavía está en una etapa inicial, la experta sostiene que no descarta la posibilidad de probarlo en pacientes. “Por el momento, estamos trabajando con un grupo del hospital de Mar del Plata para que colabore con el proyecto y, al mismo tiempo, estamos buscando inversores para que puedan financiar el trabajo”.
Fuente: Agencia CTyS