La jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Alberto Nisman, anunció este jueves los resultados de las pericias que realizaron los expertos “de parte” que designó en la causa en la que se investiga la muerte del fiscal. Y sostuvo que éste “fue víctima de un homicidio, sin lugar a dudas”.

“Se pretende comprobar un suicidio que no existió”, apuntó la mujer en conferencia de prensa, e insistió en que al funcionario que investigaba el atentado a la Amia “lo mataron” en un “hecho criminal”.

“La muerte violenta de Alberto Nisman ha puesto en tela de juicio el rol del Estado ante la comunidad internacional en materia de terrorismo”, acusó la jueza, y dijo que la conclusión cuenta con “rigor científico y respaldada” por el informe elaborado por el equipo de la querella.

El encuentro con los periodistas se realizó pasado el mediodía en el edificio del viejo Consejo Deliberante de la bonaerense localidad de San Isidro, donde la magistrada se presentó acompañada por los forenses Osvaldo Raffo, Daniel Salcedo y Julio Ravioli, y el defensor oficial Germán Carvelaro.

Los peritos de la querella analizaron la autopsia, además de las computadoras y la telefonía celular de Nisman.

También peritaron el baño y las filmaciones de las cámaras de seguridad del departamento del barrio porteño de Puerto Madero donde fue encontrado muerto Nisman el 18 de enero último.

Sobre los estudios forenses, Arroyo Salgado amplió que luego del disparo que mató a Nisman “no hubo espasmo cadavérico” sino que “hubo agonía, demostrada por la importante hemorragia presente en la escena donde fue hallado el cuerpo”.

Añadió que “la posición en la que fue encontrada el cuerpo no fue la final” y que el cadaver “se encontraba exangüe y laxo al momento de la autopsia, lunes 19 de enero”.

Analizó que el informe, de cien páginas, “descarta con contundencia la hipótesis de suicidio”, al señalar que se trató de un homicidio “en base a la información reunida a partir de las fotos y videos del hallazgo del cuerpo realizado por Prefectura y la Policía Federal, más imágenes del desarrollo de la autopsia e informes balísticos y periciales”.

Consideró finalmente que se trató de un “magnicidio de proporciones desconocidas que merece explicaciones”.