Tras haber pedido que se revoque la prisión preventiva de los cuatro policías acusados por el crimen de Jonathan Herrera, el muchacho que falleció en medio de un tiroteo en zona sur cuando lavaba su auto, el abogado de tres de ellos, Alberto Tortajada, apuntó una vez más contra la formación de los agentes, en especial en lo que a tiro respecta. El director del Instituto de Seguridad Pública (Isep), Aniceto Morán, despejó sospechas y aseguró que los efectivos imputados tenían todas las materias aprobadas.

En diálogo con Radiópolis (Radio 2), Tortajada –que junto con Romeo Díaz Duarte y José Luis Giacometti comparte la representación de tres de los imputados, entre ellos la de Ramiro R., sindicado como “autor material”– señaló que Ramiro R., a quien se le atribuye uno de los tres disparos fatales contra Jonathan (el que impactó en su cadera), padece de miopía y que por tal afección fue incluso rechazado de otras fuerzas de seguridad a la que quiso ingresar.

Contó, además, que se lo sindicó como “autor material” porque recogió las vainas policiales que quedaron tras la balacera, algo que –indicó– le enseñaron en la propia escuela de policías.

Consultado por Rosario3.com, sin embargo, el director del Isep, desmintió que se enseñe a los cadetes tales prácticas. Por el contrario, Morán explicó que tal acción “va en contra” de toda enseñanza. Únicamente –enfatizó– la Policía Científica puede recoger las vainas servidas ya que tras el hecho, la zona se convierte inmediatamente en escena del crimen y “no se puede tocar nada para preservarla”.

Respecto de la preparación de los agentes, aseguró que cada uno cumplió con el entrenamiento reglamentario que incluye prácticas semanales de cuatro horas, con municiones y “tiro en seco”; esto es, todos los ejercicios necesarios para que el cadete pueda desenfundar y apuntar con agilidad su arma pero sin disparar. Es decir, todos los movimientos antes de abrir fuego que hacen a la puntería y la estabilidad.

Así –se explayó– los aspirantes practican en cinco posiciones diferentes y con tres armas distintas, pistola, ametralladora y escopeta. Una vez que tienen dominados los movimientos pasan al polígono donde tienen 50 municiones para tirar al blanco.

Sobre la miopía como factor restrictivo al ingreso de un cadete, Morán aclaró que todo depende del grado de la afección pero que en principio no es un elemento que desaliente la admisión.

“El tema acá es a quién le dispararon, sólo se puede disparar ante una agresión. No se puede confundir una persona con arma y otra sin”, aseveró. 

Cargando audio...

Alberto Tortajada (Radio 2)