El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva asumió este jueves como nuevo jefe de la Casa Civil del gobierno de Dilma Rousseff. La designación tiene lugar en un tenso clima social por las protestas populares que reprobaron su designación, ante la posibilidad de que desde su nuevo cargo intente evitar las acusaciones judiciales por corrupción en su contra. A su vez, este miércoles se difundió un audio de una conversación entre el ex mandatario y la actual presidenta que provocó masivas protestas y crisis en el partido gobernante.

La ceremonia estuvo a cargo de la presidenta Rousseff y se cumplió en la mañana de este jueves en el Palacio Planalto –sede del gobierno brasileño– a cuyas puertas se concentraron simpatizantes y detractores del oficialismo que protagonizaron algunos incidentes.

Los simpatizantes del PT se apostaron poco después de las 8 frente a la rampa de ingreso al Planalto, donde corearon consignas a favor de Lula y el gobierno. Una hora más tarde llegaron hasta el lugar decenas de opositores que corearon consignas en favor del juez Sergio Moro, quien lleva adelante la causa por corrupción en Petrobras e investiga la supuesta participación de Lula en esa trama delictiva.

Según informó Télam, pocos minutos después de la irrupción de los opositores se desató un enfrentamiento entre ambos grupos, por lo que la policía militarizada lanzó gas pimienta, detuvo a dos personas y dispersó a los manifestantes, que se replegaron.

Mientras tanto, en el Congreso, a 200 metros del palacio presidencial, decenas de adversarios al gobierno exigieron la renuncia de la presidenta y se manifestaron contra el nombramiento de Lula.

Foto: EFE

La Policía Militarizada de Brasilia anunció que movilizó 7.000 agentes para garantizar "el derecho de manifestación de todos los ciudadanos".

En tanto, la avenida Paulista, la principal de San Pablo, fue bloqueada por cientos de opositores frente al edificio de la Federación de Industrias, donde en la noche de este miércoles hubo una concentración de miles de adversarios al gobierno. 

Foto: EFE

El Movimiento Vení Para la Calle, opositor, convocó a través de las redes sociales a los actos de protesta que se llevaban a cabo en Río de Janeiro.