El fiscal Enrique Paz, quien interviene en la investigación por el ataque a balazos a la casa del gobernador el 11 de octubre de 2013, se refirió a la decisión de la querella de no acusar al presunto responsable de organizar el hecho. Dijo que le hubiera gustado que así lo hiciera y no descartó que haya más gente implicada en el ataque. Llamó la atención que durante todo el proceso la defensa no pidió medidas probatorias.

En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2) que conduce Roberto Caferra, Paz señaló que "la querella actuó acorde a sus facultades", aunque le "hubiese gustado que acompañe" la acusación contra Emanuel Sandoval, alias "Ema Pimpi", por amenazas agravadas por el anonimato, uso y abuso de armas de fuego y daño.

El representante de la Fiscalía también añadió que el defensor de Antonio Bonfatti, Héctor Superti, no solicitó "medidas probatorias" durante la investigación. 

"Está acreditado que Sandoval era jefe de una banda criminal que actuaba en la zona de la comisaría 10ª, no sólo por informes policiales y comunicaciones de distintos robos, sino también en la comercialización de estupefacientes, cuyas pruebas fueron remitidas al fuero federal. Además, en las intervenciones a líneas telefónicas que usaba «Ema Pimpi» se entablaron conversaciones por construcción de bunkers en la zona. En ese sentido, está en sintonía con el móvil que dijo el gobernador, que lo relacionó con el narcotráfico", apuntó.

Paz destacó que no puede cerrar su hipótesis de la investigación con Sandoval como "último eslabón" y que "puede haber autores materiales e intelectuales que todavía no están vinculados al proceso" judicial en curso.

"Hay vinculación con el desplazamiento del jefe de la comisaría (10ª). (Pablo) Espíndola –policía que también está acusado por el ataque– está procesado por portar un arma relacionada con el atentado, por encubrir el hecho, por falsificación de documento público y por tentativa de robo calificado", detalló.