Cerrado por las balas y el miedo. El centro de salud El Mangrullo ubicado en la zona sur de la ciudad fue tiroteado el miércoles a la tarde y desde entonces quedó sin atención al público. Los vecinos manifestaron su temor y dijeron sentir una desprotección absoluta, la misma que justificó la decisión de los profesionales de salud, quienes este jueves tampoco fueron a trabajar y recién volverían el viernes.

Según manifestaron testigos al periodista de Radio 2 Gustavo Poles, un joven comenzó a disparar cerca de las 15.30 por calle Mangrullo en la vecinal Saladillo Sud Este (Nuestra Señora del Rosario y Circunvalación).

Realizó varios tiros contra el frente del dispensario por lo que el personal y los pacientes debieron tirarse cuerpo a tierra.

“Un pibe empezó a los tiros y disparaba con una recortada. Caían los perdigones y el plomo contra el dispensario. Cuando él tiraba, la gente se desesperaba y no sabía dónde ponerse”, afirmó una mujer y añadió que los médicos se fueron.

“Me dijeron que cerraron porque tenían miedo. Lo cerraron por miedo. Esta mañana estuvieron acá pero no quisieron abrir, parece que recién este viernes a las 8”, añadió la vecina del extremo sur de la ciudad, quien dijo tener dos hijos enfermos que no los pudo hacer atender.

La comisaría con jurisdicción en la zona es la 11ª. Según los testigos no ejerce ningún tipo de control en las calles. Pese a que no es la primera agresión contra el centro de salud, nunca se dispuso una guardia policial sobre ese puesto oficial, manifestaron las fuentes.

Además de los restos del ataque a balazos del miércoles, en el centro de salud quedó un cartel que avisa el cierre, como testimonio del pánico vivido.