El radical Mario Barletta salió a hablar por primera vez tras las internas abiertas del domingo y en principio le marcó la cancha al socialista Miguel Lifschitz, que necesitará sus votos para la difícil contienda electoral por la Gobernación que deberá enfrentar en junio. Cuestionó también al gobierno socialista porque, según sus cálculos, no se contaron aún 282 mil votos. “Han hecho un zafarrancho. Si fuera gobernador ya hubiera pedido dos renuncias por lo menos”, afirmó.

Además, criticó a los radicales que trabajaron para otros opciones políticas. En ese sentido, apuntó contra Jorge Boasso, ahora candidato a vicegobernador de Unión PRO, pero también contra Jorge Henn y sus otros correligionarios que se aliaron con el socialismo en la interna abierta. “Hay varios Boasso en la política”, dijo en diálogo con el programa A diario, que conduce Alberto Lotuf en Radio 2.

Barletta ratificó su vocación frentista, pero dejó en claro que no está dispuesto a caminar la provincia con Lifschitz así como así. Incluso, le pasó factura al socialista porque, según él, ante algunas de sus críticas al gobierno provincial señaló que “si no estábamos de acuerdo nos teníamos que ir del Frente”.

Ahora, entiende el radical, hay que discutir algunas cuestiones antes de hablar de hacer campaña juntos. “No se puede decir que con la seguridad está todo bien cuando no está todo bien. O que la estructura productiva está diez puntos cuando está dos”.

Además, advirtió que él no sabe qué va a hacer su electorado ya que no es “el dueño de los votos” y que ni siquiera con el ciento por ciento de los sufragios que sumaron los dos candidatos del Frente Progresista alcanza para ganar.

“Más importante es entender que propalando que se vote a fulano no se obtienen los resultados. A la gente no se la engaña más. La gente vive la realidad”, advirtió Barletta.

De todos modos, aclaró que seguirá trabajando en el Frente. “Siempre estuve desde el mismo lado”, enfatizó y marcó diferencias con Boasso, pero también con Henn y otros integrantes de la UCR que apoyaron a Lifschitz: “Se dicen radicales y se fueron a otro partido dentro del Frente. Yo no lo hice nunca. No puede ser un frente un espacio donde el armado político pase por negociaciones por los cargos”, pasó factura a los socialistas. Y se quejó también de que no se haya institucionalizado el Frente Progresista.

De Boasso en particular, dijo que lo respeta como persona, pero que estuvo “en desacuerdo con la decisión que tomó. Hay varios Boasso en la política, que pegan el salto de un lado para el otro”.

En cuanto al hecho de que no se hayan contado un número de votos que él úbico en 282 mil –habló de 800 mesas en total– dijo que “pasaron cosas muy raras”.

“Han hecho un zafarrancho. Si fuera gobernador ya hubiera pedido dos renuncias por lo menos. No podés decir que está el cien por cien de los resultados y al día siguiente decir que faltan 800 mesas”, agregó.