Idónea para quienes presentan problemas en las articulaciones o en la columna, el agua se considera un medio muy propicio para fortalecer nuestra salud, y en el caso de las personas de edad avanzada, la natación constituye un deporte excelente. Por supuesto, antes de lanzarnos a la pileta es recomendable obtener el criterio de nuestro médico, a fin de obtener las precauciones necesarias para este tipo de actividad.

La temperatura del agua

Muchas veces no se tiene en cuenta la temperatura a la que debe encontrarse el agua de la piscina, pudiendo afectar el rendimiento de los nadadores e inclusive generar un sentimiento de rechazo hacia la propia actividad.

Por lo tanto, podríamos decir que una temperatura adecuada para el agua de la pileta debe rondar entre los 32 y 34 grados, debiendo incrementarse dos grados durante los meses de verano, puesto que si se excede estos valores (mayor de 38 grados) puede provocar una deshidratación de nuestro organismo, mientras que si alcanza valores inferiores (por debajo de los 18 grados) resultará en un contraste de temperatura con el medio exterior que puede favorecer otras enfermedades y la pérdida de interés por este deporte.

Evidentemente, para las personas de la tercera edad, la temperatura del agua debe cobrar una relevancia mucho mayor, con el fin de crear un ambiente agradable y prevenir a los usuarios de cualquier riesgo que esto pueda generar.

Sobre la respiración

En este punto debemos resaltar dos cuestiones fundamentales. En primer lugar, los nadadores deben conocer que la respiración se efectúa a través de la boca, puesto que al respirar por la nariz pueden quedar partículas de agua atrapadas en los orificios nasales, conduciendo de esta manera a un ritmo respiratorio anormal con tos ocasional. Lo anterior, también aplica a la hora de expulsar el aire cuando nos encontramos bajo el agua. Del mismo modo, tampoco es aconsejable inhalar grandes cantidades de aire, ya que podría desencadenar un escenario de hiperventilación con síntomas de fatiga y mareo.

¿Se deben abrir los ojos bajo el agua?

Durante los ejercicios de natación, las personas pueden abrir los ojos bajo el agua. Esto les proporcionará información sobre la distancia recorrida y las desviaciones del trayecto, además de que les permitirá tener más confianza y control sobre sus movimientos. En algunos casos, y dadas las condiciones de cada participante, se podrá recurrir al uso de antiparras, entre las que se recomiendan las de tipo anatómicas con bordes de neopreno para proteger el área que rodea los ojos.

¿Qué beneficios aporta este deporte para la tercera edad?

- Fomenta la autoconfianza y constituye una técnica idónea para combatir el sedentarismo, un padecimiento muy habitual en personas de edad avanzada.

- Se trata de un método terapéutico muy eficaz para prevenir algunas enfermedades musculares, motrices y respiratorias.

- Se trata además de un remedio eficaz contra la obesidad.

- Proporciona beneficios a nivel cardiorespiratorio.