La cirugía plástica, cada vez más frecuente en mujeres –población severamente expuesta a estereotipos de belleza universales–, tiene una especialidad con gran injerencia entre las adolescentes. Se trata de la cirugía de los genitales, práctica que aumentó no sólo en los consultorios médicos del país sino también en los de Rosario. Son cada vez más las “quinceañeras” que acuden al quirófano para corregir anomalías en sus partes íntimas, más allá de la intención de alcanzar un patrón estético determinado.

Existe un verdadero tabú alrededor de los genitales femeninos que incluso llega a su nominación. Los órganos sexuales de las mujeres cosechan miles de sobrenombres graciosos y hasta ordinarios para reemplazar las palabras vagina y vulva, correcta nominación para las partes interior y exterior de esta zona íntima. Resabio de una forma de invisibilización histórica que va perdiendo espacio gradualmente a partir de una mayor exposición de los órganos en internet y demás medios de comunicación masivos.

En diálogo con Rosario3.com, la cirujana plástica Sandra Filiciani confirmó el incremento de intervenciones estéticas genitales y de las consultas: “Ha sido exponencial, cerca del 50% por año”, detalló y explicó: “La cirugía genital trata las anormalidades anatómicas y estéticas de la zona genital que son muy comunes pero poco consultadas en otra época. Hoy, las mismas pacientes ven en los medios de comunicación estas alteraciones y pueden advertir el problema que tienen”.

Distintos tipos de malformaciones en genitales femeninos.

La práctica está habilitada para mayores de 16 años. Según la profesional, actualmente, son cada vez más las adolescentes mujeres que llegan a su consultorio junto a la mamá con algún tipo de inquietud en cuanto a sus genitales. Muchas de ellas terminan en el quirófano. Para la profesional, no existe un concepto de belleza genital pero sí mencionó la palabra “armonía”: “No hay una única apariencia de los genitales sino múltiples anatomías y la cirugía las preserva así como también su naturalidad”, remarcó.

Qué operarse

“Los genitales tienen distintas anatomías”, insistió la médica y precisó al respecto: “De los genitales externos, hablamos de labios mayores y menores y monte de Venus y de los genitales internos hablamos del conducto vaginal”.

En relación a las complicaciones que pueden afectar a las mujeres brindó algunas apreciaciones: “En los genitales externos podemos encontrar: la lipodistrofia o aumento graso del monte de Venus (zona por debajo del abdomen), en labios mayores hipertrofia (aumento del tamaño) o atrofia (delgadez extrema)y en labios menores hipertrofia (largo exagerado). Si bien no estamos hablando de patologías, estas son alteraciones que condicionan estética y funcionalmente a la mujer. Dichas zonas son tratadas generalmente con cirugía plástica”, advirtió.

En cuanto a los genitales internos, mencionó las alteraciones en el diámetro del conducto vaginal luego de partos numerosos o dificultosos como así también de cicatrices retráctiles por episiotomía. “La lipodistrofia del monte de Venus y la hipertrofia de labios mayores la podemos tratar con lipoaspiración de dicha zona o en combinación con otras zonas a lipoaspirar. Como así también combinarla con resección del tejido excedente”, continuó. “En la atrofia de los labios mayores que generalmente se combinan con una hipertrofia de los menores, podemos tratarlos con autoinjerto graso, tejido que se extrae de otra zona del cuerpo para injertar en los labios”, sumó.

Filiciani apuntó que “uno de los procedimientos estéticos genitales femeninos más comunes es la reducción de labios menores (labioplastía) para tratar el excesivo aumento de tamaño de los labios menores. Clínicamente la hipertrofia puede ser uni o bilateral. Puede presentarse desde la niñez en forma congénita haciéndose más aparente durante la pubertad, producirse por aporte externo de hormonas androgénicas o por traumatismo reiterados en la colocación de sondas vesicales. En la mujer adulta, puede aumentar su tamaño, durante el embarazo o se hacen más flácidos en la menopausia por falta hormonal. La característica esencial es la protrusión de los labios menores más allá de los labios mayores, que normalmente los cubren. Esto no solo trae alteraciones estéticas, que se nota como un bulto exagerado, sino que también acarrea trastornos funcionales como irritación local y molestias para estar sentada, por practicar algunos deportes como el ciclismo y montar a caballo”.

En ese mismo sentido, añadió: “El uso de ropas apretada puede causar irritación e inflamación de los órganos genitales. El tamaño anormal de los labios menores puede interferir con la higiene, aún más durante el período menstrual. Como así también malestar durante las relaciones sexuales y dispareunia (dolor) al invaginarse, lo que conduce a trastornos psicológicos, con disminución de autoestima y una evaluación negativa de su sexualidad”.

En relación a las características de las intervenciones y sus consecuencias, la médica aportó: “La cirugía de genitales externos es una intervención corta y ambulatoria con sedación leve, la paciente se va a su casa en el mismo día, con la indicación de un analgésico, uso de pañitos por sangrado y no tener relaciones sexuales en un mes”. Luego, advirtió: “Distinto es el tratamiento de la vagina que puede estar aumentada o con sequedad. Esto se trata con láser, un tratamiento en consultorio de una a tres sesiones”.

“La zona de los genitales es una más de la anatomía, que aunque esté tapada, forma una parte integral del ser y que puede afectar a la mujer, tanto o más que las zonas más visibles”, finalizó.