Cada vez son más las personas que eligen equipos móviles que sólo permiten llamadas y mensajes de texto. La razón: están cansados de invertir en costosos y complejos smartphones.

En enero, el actor británico Eddie Redmayne fue noticia cuando se convirtió en el más reciente caso de "refuseniks", o disidentes, que abdicaron del uso de teléfonos inteligentes, según informó el británico Dayli Mail.

"Fue una reacción en contra de estar pegado permanentemente a mi iPhone durante las horas que estoy despierto", explicó el ganador del Oscar a mejor actor por su interpretación de Stephen Hawkings en La teoría del todo.

Existe un pequeño pero activo mercado de teléfonos simples y baratos en una época en la que los teléfonos inteligentes ocupan el firmamento de los productos tecnológicos de venta masiva. Su crecimiento se debe a los segundos se vuelven cada vez más complejos y costosos. 

Según Francisco Jeronimo, director de investigación de dispositivos móviles europeos del grupo de investigación IDC, los celulares clásicos –teléfonos móviles con algunas funciones básicas como la reproducción de música y acceso a Internet– están siendo gradualmente reemplazados por teléfonos inteligentes de bajo costo. Pero todavía existe una demanda significativa de teléfonos de estilos más "anticuados".

Strategy Analytics, un grupo de investigación, estima que se vendieron 44 millones de teléfonos básicos en 2015, lo cual representó el 2% del mercado mundial. Lamentablemente aún no se conocen cifras del mercado local pero por lo que se percibe en la calle esta tendencia todavía no se estaría imponiendo en Argentina. 

Fabricantes como Sony y LG, ya le han dado la espalda al mercado de teléfonos básicos. Pero otros, como Microsoft y Samsung, continúan produciendo dispositivos dirigidos a ése sector. 

Uno de los factores que mayor influencia produce para tomar la decisión de "cambiarse de bando" es que teléfonos inteligentes se rompen con facilidad, requieren recarga diaria y que son reemplazados por versiones mejoradas de un año a otro.

Otro factor es la capacidad de procesamiento, los teléfonos inteligentes básicos ya de por sí ofrecen una potencia de lectura que no muchas personas necesitan. 

También se dan los casos de ciertos usuarios que compran teléfonos con conexiones limitadas o sin Internet en un intento consciente de desconectarse del mundo digital moderno.

El fundador de Light Phone, Joe Hollier, se encuentra dentro de este grupo.

El ex patinador de 25 años de edad desarrolló un teléfono del tamaño de una tarjeta de crédito sin conexión de datos y sin funciones adicionales, sólo la de hacer llamadas.

Hollier describe experimentar un gran alivio cuando no tiene la posibilidad de ver su correo electrónico o sus actualizaciones de estado. 

Los analistas dicen que existe un creciente número de personas que usan un costoso teléfono inteligente durante el día, pero que utilizan un segundo dispositivo de bolsillo más barato cuando salen por la noche. 

El Light Phone funciona como un dispositivo complementario de un teléfono inteligente, pero Hollier espera que también anime a la gente a desconectarse del mundo del Internet moderno. 

También existen razones prácticas por las que algunas personas les están dando la espalda a los teléfonos inteligentes.

La corta duración de la batería de los dispositivos representa una constante fuente de queja. Quienes más se quejan de esta cuestión son los viajeros frecuentes quienes todavía se sienten atraídos por la fiabilidad y larga duración de la batería de los teléfonos de segunda y tercera generación. 

Microsoft, que ahora es propietaria de la marca Nokia, sigue prestando servicios a este mercado.

El grupo estadounidense lanzó el año pasado el Nokia 215, un dispositivo simple y resistente que tiene una duración de batería en modo de espera de 29 días. Otro dispositivo de larga duración de ésta firma es el Nokia 515 que posee una batería que en modo de espera llega a los 38 días. 

El teléfono cuenta con una sencilla variedad de aplicaciones y una básica conectividad de datos, pero el atractivo principal es su precio: 30 dólares.

Sin embargo, los teléfonos sencillos tienen usos más específicos como, por ejemplo, servirles a los niños para que llamen a casa. Estos teléfonos son simples, resistentes y, si se pierden son baratos de reemplazar. 

Del mismo modo, existen teléfonos simples para las personas mayores, como los que fabrica Doro, que dan prioridad a ofrecer botones grandes y a la amplificación del volumen en lugar de a cuán rápido se puede tener acceso al Internet. 

Jeronimo declaró que tales productos se están convirtiendo en un nicho de oportunidad para las empresas del sector. Añadió que Doro ha crecido hasta convertirse en el tercer mayor fabricante de celulares clásicos en Europa occidental, detrás de Microsoft y Samsung. 

Los celulares clásicos también son más populares en los mercados emergentes, el caso de África es paradigmático al respecto, debido a su combinación de precios bajos con batería de larga duración. 

"Utilizar un teléfono inteligente en algunos países de África, por ejemplo, no es práctico para muchos usuarios, ya que requeriría recargarlo diariamente", comentó Jeronimo, citado por el Financial Times, a su vez citado por el diario porteño El Cronista.

"Por otra parte, el uso de un teléfono inteligente no beneficia en lo absoluto a los usuarios que no pueden conectarse a una red 3G, ya sea porque no está disponible o porque la conectividad es extremadamente costosa", advirtió.