Siempre es bueno hacer ejercicio físico, aunque solo sea andando un rato cada día. Caminar un poquito más de lo habitual, incluso tan solo 2 minutos extra cada hora, aporta ventajas para la salud y es mucho mejor que el sedentarismo durante horas seguidas, según los resultados de una investigación que ha despertado mucho interés en los últimos meses.

Investigaciones previas han sugerido que permanecer sentado durante largos períodos de tiempo podría incrementar el riesgo de enfermedad y muerte prematura.

Caminar un poco más cada día, incluso tan poco más como dos minutos extra cada hora a lo largo del día, en vez de permanecer sentado, podría beneficiar notablemente a la longevidad. Esta es la llamativa conclusión a la que se llegó en una investigación reciente, llevada a cabo por el equipo del Dr. Srinivasan Beddhu, de la Universidad de Utah en Estados Unidos.

Los autores del estudio analizaron información sobre 3.626 personas para examinar la importancia relativa de las actividades físicas de intensidad baja y ligera en la población general y en pacientes con enfermedad renal crónica. El seguimiento promedio de los participantes fue de casi 3 años.

Siempre es bueno hacer ejercicio físico, aunque solo sea andando un rato cada día. Caminar un poquito más de lo habitual, incluso tan solo 2 minutos extra cada hora, aporta ventajas para la salud y desde luego es mejor que el sedentarismo durante horas seguidas, según los resultados de la investigación. (Foto: Debora Cartagena / CDC)

Utilizando técnicas estadísticas sofisticadas, los investigadores encontraron que hacer en cada hora un reemplazo extra de 2 minutos de sedentarismo por 2 minutos de actividad física de intensidad ligera (por ejemplo caminar) estaba asociado con un riesgo un 33 por ciento menor de muerte prematura en la población general. La tendencia era aún más marcada en la población con enfermedad renal crónica, donde ese porcentaje de descenso en el riesgo de muerte prematura llegaba al 41 por ciento.

Los participantes de la población general pasaban más de la mitad del tiempo dedicados a actividades sedentarias. Aquellos con enfermedad renal crónica eran incluso más sedentarios y pasaban más de dos tercios de su tiempo dedicándose a actividades de ese tipo.

Fuente: noticiasdelaciencia.com