Fuerzas federales detuvieron en el suroccidental estado mexicano de Michoacán a tres presuntos integrantes del cártel de los Caballeros Templarios, entre ellos Sergio Huerta Tena, quien sería el líder regional de esa banda e intentó sobornar a los militares con casi 200 mil dólares para evitar ser apresado, informaron fuentes oficiales.

En un comunicado conjunto, las secretarías de Gobernación (Interior), Defensa y Marina, el Consejo Nacional de Seguridad y la Procuraduría General (Fiscalía) indicaron que la captura se realizó en una brecha que conduce de la comunidad Playa Larga a la Huacana en ese estado.

Huerta Tena, según la nota, es considerado uno de los objetivos relevantes de la estrategia del gobierno federal en Michoacán, lanzada en enero de 2014 para restaurar la legalidad en ese estado asediado por la violencia.

Este personaje, a quien las autoridades identifican "por su extrema violencia", reportaba sus acciones delictivas a Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, máximo líder de los Caballeros Templarios, quien fue detenido el pasado 27 de febrero.

De acuerdo con el texto, Huerta Tena "era el encargado de las actividades de cobro de cuotas, extorsión, secuestros y homicidios en el área comprendida por los municipios de la Huacana, Huetamo, Nuevo Urecho, Churumuco, Ario de Rosales, Tacámbaro y Turicato, Michoacán".

El detenido, quien cuenta con una orden de aprehensión por delincuencia organizada y otros delitos, ofreció a los militares tres millones de pesos (unos 197.000 dólares) para que lo dejaran en libertad, añadieron las instituciones.

Un juzgado de procesos penales federales en el Estado de México dictó ayer auto de formal prisión (inicio formal de un juicio) en contra de La Tuta por su probable responsabilidad en los delitos de delincuencia organizada y narcotráfico.

La banda de los Caballeros Templarios nació en diciembre de 2010 de una escisión del cártel de la Familia Michoacana, y es acusada por las autoridades de producir y transportar drogas sintéticas y naturales a Estados Unidos, así como de extorsiones, secuestros y otros crímenes.

El gobierno federal intervino en enero de 2014 en Michoacán y envió miles de militares y policías ante el vacío de autoridad que se vivía en la región por las acciones de los Templarios y la proliferación de los grupos civiles de autodefensa que surgieron un año antes para luchar contra ese cártel.