La siesta no es necesariamente buenas para todas las personas y en todas partes. Un grupo de expertos brindaron una serie de recomendaciones para obtener el descanso perfecto.

Un informe publicado en la BBC indica que la siesta es considerada en algunos contextos socioculturales – como en países desérticos o mediterráneos – como una necesidad ante el calor extremo en el verano. En otros lugares, aconsejan dormir solo a aquellas personas que por alguna razón no descansaron lo suficiente de noche y están cansados.

Para el la directora del Centro del Sueño de la Red de Salud de la Universidad Católica de Chile, Julia Santín, “una privación de sueño se controla durmiendo siesta”. “La gente siente se despierta refrescada y sigue el día con mejores condiciones de productividad”, añadió.

A las personas que tienen un trabajo físico muy duro, como por ejemplo los obreros de la construcción o camioneros, quedó demostrado que deben dormir unos minutos por la tarde.

No obstante, para la profesora de medicina de la Universidad de Harvard, Jeanne Duffy, a la gente que le cuesta mucho descansar de noche no le recomiendan la siesta porque van a volver a tener el mismo inconveniente.

A los que despiertan de mal humor y les cuesta salir del sueño una vez despiertos – se lo denomina “inercia de sueño” - se les aconseja no dormir siesta.

A la mitad del día, la jornada se vuelve menos útil para todos los seres humanos, ya que se experimenta una reducción fisiológica. Muchos adjudican el sueño al almuerzo o a la cantidad de comida que se ingirió. Sin embargo, la directora del Centro del Sueño de la Red de Salud de la Universidad Católica de Chile apuntó que ese fenómeno fisiológico es lo que provoca que el ser humano tenga una “mayor propensión a quedarse dormido, independientemente del almuerzo”.

¿Cuál es el tiempo “ideal” para una siesta?

Una siesta efectiva, según expertos, no debe superar más de media hora. “Después, puede empezar a afectar el sueño de la noche”, agregó Julia Santín.

La Fundación Nacional del Sueño de EE.UU. recomienda una siesta de 20 a 30 minutos "para mejorar el estado de alerta y el rendimiento sin quedar aturdido o que interfiera con el sueño nocturno".

Según la doctora Sandra C. Mednick, autora del libro "Toma una siesta, cambia tu vida", dormir siesta puede restaurar la sensibilidad de sentidos tan diversos como la vista, el oído y el gusto. Y un estudio reciente de la revista Personality and Individual Differences realizado con 40 voluntarios de entre 18 y 50 años con la misma cantidad de sueño promedio arrojó que los que dormían una hora de siesta podían intentar realizar una tarea imposible durante más tiempo sin frustrarse. Del otro lado, los que no dormían siesta eran más impulsivos y perdían la paciencia más rápido.

Sin embargo, las especialistas coinciden en que esas no son propiedades exclusivas de la siesta.

"El sueño tiene siempre un efecto restaurador. A los choferes de camiones, por ejemplo, se les recomienda que duerman una siesta antes del recorrido, con una tacita de café".

Y la privación de sueño no sólo se manifiesta en somnolencia, sino también en irritabilidad, fallas de memoria o falta de concentración.

"Evidentemente una siesta va a afectar mejor el humor. Es obvio, super explicable y lógico, pensando en las funciones del sueño".

En países como España o Grecia, la siesta es parte del ADN. Sin embargo, en dichas naciones los ciudadanos tienden a irse a la cama más tarde que en el resto de Europa, donde no se duerme siesta.

Los beneficios de la siesta están asociados a un fenónemos creciente a nivel mundial que es que la gente duerme menos en la noche. Especialmente en las ciudades, donde se duerme un promedio de 5,6 horas.

Un adolescente debiera dormir nueve horas en la noche y un adulto ocho. No dormir los suficiente de noche es perjudicial para la salud. Y no hay siesta que recupere el tiempo perdido.