La lucidez y la exactitud del relato de Víctor Ramsky, nuestro “Cartero de Malvinas”, dejó emocionados y sorprendidos a quienes realizamos la entrevista. Hombre sencillo de amplia experiencia en el correo, nació en Corzuela, Chaco y desde allí comenzó a recorrer los caminos de una profesión noble y sumamente valorada en épocas del papel y lápiz.

Ramsky, llegó a las islas el 15 de abril de 1982, y allí se dio cuenta que la Oficina Radio Postal, no contaba con un solo empleado, sino que los cuatro designados eran funcionarios. Su puesta en funcionamiento fue pura voluntad y sacrificio asumiendo cada uno un rol a los principios de cumplir la tarea para la que fueron elegidos. Despachar y recibir, cartas, telegramas, y encomiendas. Único medio de comunicación con el continente en ese momento.

En 1982, nuestro entrevistado tenía 52 años y llegaba a la guerra luego de que sus tres tíos, hermanos de su madre, sufrieran en carne propia la primera y la segunda guerra mundial. Por eso sentenció a penas se abrió el micrófono: “La guerra es la inconciencia humana”, dando cuenta, en su primera frase, que sabía muy bien de lo que hablaba. Y esto lo diferenciaba en principio del resto de los combatientes, quienes fueron sin siquiera saber a donde iban. Pero además es Ramsky uno de los tantos civiles que participaron en Malvinas.

Desde que se recuperó Puerto Argentino, aquel 2 de abril, el Gobierno Militar tuvo que dotar de herramientas administrativas y la estructura necesaria para su funcionamiento como nueva gobernación y es por ello que muchos llegaron para cumplir esa labor. No obstante las autoridades llevaban adelante negociaciones con el fin de evitar el conflicto bélico. Sin embargo se fracasó y las consecuencias ya son conocidas. Pero esos civiles quedaron en suelo argentino y en medio de las balas y las bombas.

“El Cartero de Malvinas” es un testimonio inédito y muy importante por su valor histórico. Fueron este y otros hombres quienes arriesgaron su vida para que los combatientes puedan enviar y recibir una palabra de aliento. Los aviones con correspondencia llegaban entre las 10 y las 11 de la noche justamente cuando los ingleses atacaban y había que buscar las bolsas con luces apagadas y recorriendo varios kilómetros.

Sobre la improvisación, la censura y los miedos también nos cuenta Ramsky. Cartero de larga trayectoria, de fuste, que se despidió de su trabajo siendo jefe de la ciudad de Rosario, en la cual reside desde 1975. Un relato más dentro de la Guerra de Malvinas, solo un trazo de una larga página, pero que sirve para entender y comprender esta parte de nuestra historia.