Acusado de llevar adelante una cocina de cocaína en Funes, la Cámara Federal de Rosario confirmó el procesamiento de Delfín Zacarías y parte de su entorno familiar. Además, los camaristas Liliana Arribillaga, Fernando Barbará y Carlos Carrillo revocaron imputaciones y faltas de mérito de otros implicados. El 5 de septiembre la policía decomisó en una quinta de la vecina localidad 300 kilos del estupefaciente blanco en panes y precursores químicos. Zacarías quedó entonces imputado por producción, venta de drogas y lavado de dinero. La Justicia investigaba, además una supuesta connivencia policial en el caso.

Según publicó Rosario 12, el dictamen de Arribillaga, Barbará y Carrillo salió de la sala A el 30 de diciembre pasado, pero recién trascendió este miércoles. De este modo, Zacarías quedó más cerca del juicio por los delitos de "tenencia de elementos y materias primas para producir y fabricar estupefacientes; producción, fabricación y preparación de estupefacientes, y tenencia con fines de comercialización".

En la causa que lleva su nombre, también se lo apunta por “organizar y financiar una banda, con intervención de tres o más personas; administración y disimulación de bienes provenientes de las ganancias recibidas por el tráfico de estupefacientes con el fin de que éstos adquieran apariencia de origen lícito, agravado por la habitualidad.

En la resolución de 59 fojas, la Cámara confirmó parcialmente el fallo dictado en octubre pasado por el juez federal Carlos Vera Barros y consideró que entre la docena de involucrados existe una "estrecha relación entre sí, configurando presumiblemente cada uno de ellos un eslabón de la cadena de producción y comercialización de estupefacientes".

Por empezar, los hijos de Zacarías, Flavia y Joel; y su esposa, Sandra Marín, quienes también quedaron procesados por formar parte de la banda narco; mientras que a Gonzalo Jaime (ex pareja de Flavia) le revocaron la acusación como partícipe, "sin perjuicio" de que su accionar encuadre en la figura de encubrimiento.

En tanto, para la hermana y el cuñado de Zacarías (Gloria Zacarías y Fernando Ermácora) se confirmó el procesamiento por encubrimiento. A Néstor Fernández, encargado de la remisería "Frecuencia Urbana" de Granadero Baigorria, con varios autos a su nombre, le revocaron la falta de mérito que lo había beneficiado; y a Edgardo Radovani, que tenía documentos de la remisería "pantalla", también se le mantiene el procesamiento por lavado de dinero.

En cuanto a la ex pareja de Joel Zacarías, también continúa procesada debido a que en su casa fueron hallados "elementos utilizados para la venta de estupefacientes". Con ellos irán a juicio Hugo Silva, Alfredo Silva, Javier Silva, acusados como proveedores de precursores químicos.

Todo ello, a partir de la información recabada en los allanamientos realizados y las escuchas telefónicas consideradas "válidas" a pesar del planteo de la defensa. Los camaristas consideraron que en la apelación, sus agravios “no son suficientes para desvirtuar las conclusiones, sino que aparecen como meras excusas para mejorar su situación procesal". Advirtieron, por otro lado, que "si bien en el acto de su defensa material Zacarías manifestó que tiene la remisería y que a partir de dicha actividad pudo constituir otra sociedad y adquirir el resto de los inmuebles y vehículos que registra, tanto a nombre propio como de otros miembros de su familia, y que la remisería requiere un recambio de vehículos permanente, ello no aparece verosímil".