Boris Nemtsov, un ex burócrata soviético que fue favorito de Boris Yeltsin para sucederlo en 1999 y ahora era un opositor prooccidental al gobierno ruso, fue asesinado a última hora de ayer en Moscú, en lo que el presidente Vladimir Putin definió como un "crimen por encargo" y su portavoz calificó hoy como un crimen "monstruoso".

Nemtsov, que antes del fin de la URSS había llegado a ser alcalde de la importante ciudad de Nijni Novgorod (entonces Gorki), había sido viceprimer ministro de la Federación Rusa durante la presidencia de Boris Yeltsin.

Yeltsin, además, lo había nombrado al frente del estratégico ministerio de Energía en el momento en que las empresas y reservas energéticas de su país pasaron a manos privadas.

En 1999 había llegado a sonar como posible precandidato presidencial favorito de Yeltsin, pero la recesión posterior al remate neoliberal de los activos de la economía rusa desplomó su popularidad y desde entonces tuvo un lugar marginal en la política de ese país. 

Decidido defensor de todas las políticas occidentales y en especial del actual gobierno ucraniano, Nemtsov presidía dos partidos sin representación parlamentaria.

El crimen se produjo ayer a las 23:40 (17:40 hora argentina) en el centro de Moscú, donde Nemtsov, de 55 años, se desplazaba por el puente Bolshoi Kammeny (Gran Puente de Piedra) con un grupo de personas cuando recibieron siete u ocho disparos desde un Ford de color blanco.

Cuatro balazos lo impactaron fatalmente por la espalda. Nemtsov estaba acompañado, entre otras personas, por la modelo ucraniana Anna Duritskaya, de 23 años, según informó la agencia de noticias ANSA citando al ministerio del interior de Rusia.

La modelo, testigo clave porque presenció la rápida aproximación del vehículo con los asesinos, salió ilesa y tras prestar testimonio quedó en libertad.

El lugar de la emboscada se cubrió rápidamente de flores, y muchos políticos rusos y del extranjero transmitieron sus condolencias a la familia de Nemtsov. 

La oposición, que tenía prevista para mañana una marcha de protesta por la recesión económica en el área moscovita de Marino, acordó con la alcaldía de Moscú efectuar una marcha de duelo por la muerte de Nemtsov. 

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, envió sus condolencias a la familia apenas fue informado del crimen, y ordenó a los directores de los servicios de seguridad rusos la constitución de un grupo de investigación especial, que estará bajo control presidencial directo, para aclararlo. 

El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, declaró que para el presidente ruso "este cruel asesinato tiene todos los signos de haber sido ejecutado por encargo, y tiene un carácter extremadamente provocativo".

En posteriores declaraciones a la FM Kommersant, Peskov se mostró convencido de que el crimen no afectaría a la dirgencia política rusa, ya que, dijo, "con todo mi respeto a la memoria de Borís Nemtsov, debo decir que en el plano político no representaba amenaza alguna a los actuales dirigentes rusos". Nemtsov lideraba un partido político neoliberal y prooccidental extremo que ni siquiera había logrado entrar en el Parlamento.

El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, y la Duma (parlamento) pidieron la más rápida, exhaustiva y eficaz investigación del asesinato.

Tanto el abogado de Nemtsov, Vadim Projorov, como la representante del Grupo Helsinki en Moscú, Ludmila Alekseieva, aseguraron que el crimen tuvo motivación política. Coincidieron en ello con el director de la comisión de asesoramiento presidencial sobre derechos humanos, Michael Fedotov.

Mijail Gorbachov, padre de la "perestroika" que recientemente fue endureciendo sus críticas a Occidente (al que acusa de no haber cumplido las promesas hechas verbalmente de que la OTAN no se expandiría hacia el Este después de la unificción alemana), aseguró que la motivación del magnicidio es política y busca desestabilizar a Rusia.

"Es un Maidán", dijo, haciendo referencia al cruento inicio del golpe de estado que un año atrás derrocó a Víctor Yanúkovich en Ucrania. "Pero no fue Ucrania (la responsable). No. Las raíces están en Rusia", declaró según difundió la agencia de noticias Sputnik.

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, declaró en su página Facebook que Nemtsov era "un puente entre Ucrania y Rusia", y que no le parecía casual su asesinato. Finalmente, expresó su certeza de que los asesinos serían castigados, agregando, en una apenas velada alusión al Kremlin, "más tarde o más temprano".

Entre las reacciones internacionales ante el asesinato se destacan las del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la Unión Europea, y el presidente de Ucrania.

Obama se definió como un admirador del "coraje y dedicación a la lucha contra la corrupción en Rusia" de Nemtsov, quien, agregó, "era un incansable defensor de su país, que luchaba para que sus compatriotas gozaran en Rusia de los derechos que todas las personas merecen tener", informó la agencia RIA Novosti.

Obama, primer presidente negro de los Estados Unidos, requirió una investigación "rápida, imparcial y transparente" del asesinato. En Estados Unidos aún hay serios cuestionamientos a los resultados de investigaciones de magnicidios, especialmente de líderes negros como Martin Luther King. 

King fue asesinado en Memphis, Tennessee, en abril de 1968. Una rápida investigación encontró culpable a James Earl Ray, un convicto fugitivo. 

En diciembre de 1999, después de 30 años en que Ray, su familia y la de King exigieron un nuevo juicio, un jurado dictaminó, también en Memphis, que el condenado solo había sido un chivo expliatorio y la responsabilidad involucraba instituciones estatales.

El secretario general del Consejo de Europa, el noruego Thorbjørn Jagland, se mostró hoy "conmocionado" por el asesinato del opositor ruso Borís Nemtsov, que calificó de "señal del clima de odio e intolerancia" que prevalece hoy en muchas partes de Europa, incluida Rusia, informó la agencia de noticias EFE.

"Pido a las autoridades rusas que hagan el máximo esfuerzo para llevar a los asesinos de Nemtsov ante la justicia", agregó Jagland.

Ninguna de estas declaraciones, al parecer, tendrán influencia en el curso de las investigaciones. A la pregunta sobre si Occidente pudiera interpretar ese asesinato de una manera simplista, Peskov contestó: "En este caso no importa cómo lo interprete Occidente… Lo que más importa son los resultados de la investigación".