Una historia que sacudió City Bell. La ciudad bonaerense, pegada a La Plata, aún se recupera de lo sucedido entre el jueves y el sábado, cuando una adolescente de 15 años fue raptada y violada durante dos días por un hombre que conoció a través de Facebook y que se hizo pasar por un muchacho de su edad. La policía de La Plata logró detener al supuesto pedófilo gracias a la ayuda de una amiga de la víctima que fingió darse cita con el sospechoso. Un caso típico de grooming que alerta sobre la necesidad de tomar precauciones sobre el uso que nuestros niños hacen de la red social. La historia y las recomendaciones.

Según publicó La Nación, la joven de 15 años y su captor fueron localizados por los oficiales en la tarde del sábado, en la esquina de las calles 9 y 54, a metros del departamento del detenido, donde iban a encontrarse con la amiga de la muchacha.

El supuesto “groomer” –como lo denomina la recientemente reglamentada Ley de Grooming– es un joven de 28 años, estudiante universitario de La Plata que, camuflado en una identidad falsa –pretendía tener 16 años–, se había contactado con la adolescente tres semanas atrás a través de la red social y logrado generar un vínculo.

De acuerdo al informe policial al que tuvo acceso mencionado diario, la muchacha no se animaba a contarles a sus padres que había reprobado varias materias en la escuela, lo que fue aprovechado por el estudiante para convencerla de que fuera a su departamento, donde luego de drogarla la violó durante dos días.

Ahora maneja el caso el fiscal Fernando Cartasegna, titular de la UFI 4.

¿Cómo detectar y combatir el grooming?

El groomig o ciberacoso sexual infantil puede ser prevenido sin tener que tirar la computadora a la basura, basta una mirada atenta por parte de los adultos para detectar las luces de alerta.

En cuanto a los más chicos, se reedita la vieja recomendación de “no hablar con extraños” que en la era de la información y las telecomunicaciones se traduce en “no aceptar solicitudes de amistad de personas que no se conozcan en persona”. Y esto es válido para cualquier tipo de red social: Facebook, Twitter, blogs.

Aunque actualmente existe una legislación nacional que sanciona este tipo de delitos, hasta hace muy poco inclasificable, es necesario acompañar los cambios a nivel normativo con la difusión y la educación.

Para Natalia Zlachevsky de Chicos.net y Ricardo Saénz de Argentina Cibersegura, la comunicación es clave y la mayor parte del trabajo la tienen que hacer los adultos: “Generar confianza, fijar límites, interesarse por lo que hacen los chicos, preguntarles qué hacen, quiénes son sus amigos”. Y sobre todo, hacerles comprender que no tienen que pasar por una situación de abuso solos y que tampoco es culpa de ellos.

Con una mirada aguda los adultos pueden reconocer si los niños pasan por una situación de este tipo. Según un estudio del Instituto Nacional de Tecnología de la Comunicación de España, centrado en los perfiles psicológicos de los acosadores y acosados, “el cuerpo termina hablando”.

“Nos encontramos con estados emocionales negativos, tales como ansiedad, baja autoestima, depresión, indefensión, apariencia triste, mal humor y/o ideas suicidas. La víctima expresa disgusto, miedo, soledad, frustración, estrés, irritabilidad, somatizaciones, trastornos del sueño y/o altos niveles de estrés permanente. Al mismo tiempo, evita la escuela y presenta dificultades en concentrarse, experimenta una disminución en su rendimiento académico, pérdida de interés por las actividades sociales y tendencia al distanciamiento y al aislamiento”, sostiene el estudio.