Si bien es muy difícil cambiar una posición para dormir cuando la adoptamos desde hace mucho tiempo o tampoco tenemos la posibilidad de analizar qué ocurre mientras estamos en el mundo de los sueños, los expertos nos indican cuál es la mejor postura para dormir.

Debido a que un tercio del día lo pasamos (o deberíamos pasar) durmiendo, es fundamental hacerlo de manera correcta.

La ciencia todavía no ha determinado por qué razón el ser humano (y los mamíferos en general) necesitan dormir tantas horas. Pero lo cierto es que es vital para sentirnos enérgicos, de buen humor y saludables cada día.

La mejor postura: Dormir de costado

El nombre correcto es “decúbito lateral”. Es mejor si elegimos el lado izquierdo. Entre las ventajas de optar por dormir de costado tenemos:

- Favorece los procesos glinfáticos

Esta posición permite limpiar los deshechos del sistema nervioso en todos los mamíferos. Atención, que no es lo mismo que el linfático (que se encarga de eliminar la basura del cuerpo), porque el glinfático se ocupa únicamente del cerebro y la médula espinal.

Los estudios publicados en el Journal of Neuroscience dicen que este hábito reduce las posibilidades de padecer Mal de Alzheimer y otras enfermedades neurológicas (entre ellas la demencia).

- Reduce la acidez estomacal

Para aprovechar este beneficio debemos dormir del lado izquierdo. Hacer un cambio en la manera de descansar está incluido dentro de las técnicas para reducir la acidez (junto con dejar de fumar, comer más liviano por las noches y no beber alcohol).

- Mejora el embarazo

En los últimos meses de gestación las mujeres tienen serios problemas para dormir. La posición decúbito lateral izquierda, al parecer, es una solución para que la madre pueda descansar toda la noche y respirar mejor. Además, beneficia al feto porque incrementa los nutrientes y sangre que llegan a la placenta.

Segunda mejor postura: Dormir boca arriba

Algunos de los beneficios que nos aporta elegir esta postura al dormir (no recomendada para embarazadas ni para los que roncan) son:

- Evita dolores musculares​

Es un problema muy frecuent. sufrir mucho de contracturas en la actualidad debido al tipo de trabajo que la mayoría tenemos. Cuando dormimos boca arriba la columna vertebral se mantiene en una posición “neutral”. Para evitar que el dolor sea mayor es preciso contar con un colchón y una almohada adecuados.

- Aliada de la belleza

Dormir tumbado hacia arriba tiene efectos que ni la cirugía estética o los tratamientos de belleza pueden lograr. Por un lado, evita la aparición de arrugas en el rostro debido a que la piel no está apoyada sobre la almohada o tiene contacto con las sábanas.

Hay casos de personas que tienen acné únicamente del lado de la cara apoyada al dormir de lateral. Por otra parte, descansar boca arriba es perfecto para las mujeres porque evita la flacidez en los senos.

- Previene el reflujo y otros males estomacales

Si dormimos boca abajo nuestro estómago y muchos órganos vitales estarán presionados contra el colchón recibiendo el peso del cuerpo. Por el contrario, hacerlo boca arriba reduce varios problemas como la acidez, el reflujo o los gases.

Las dos peores posturas para dormir

- Posición fetal

En primer lugar, porque implica una curvatura de la espalda que puede provocar dolores o contracturas, además de evitar que la columna se relaje y descanse de todas las actividades diarias.

En segundo término porque restringe la respiración diafragmática y presiona el estómago contra las rodillas. Esto puede causar sensación de falta de aire, dolores estomacales o indigestión.

- Boca abajo

Probablemente sea la postura elegida por aquellos que llegan a casa directo a acostarse porque están muy cansados. En cuestión de segundos quedan profundamente dormidos abrazando su almohada cual niño con un oso de peluche. No obstante, debemos evitar esta posición para dormir, ya que ejerce mucha presión sobre las articulaciones y los músculos.

Puede provocar, por ejemplo, dolores de espalda y de cuello, molestias en los senos en caso de las mujeres o contracturas en los hombros. ¡Ni que hablar de la horrible sensación de adormecimiento en brazos o manos!