Los gendarmes que declararon este miércoles ante el juez Guido Otranto por la desaparición de Santiago Maldonado afirmaron no haber visto que otro compañero les arrojara piedras a un hombre que cruzaba el río Chubut.

Se trata de cuatro efectivos que participaron del operativo en la ruta 40 el 1º de agosto, día que desapareció el joven artesano.

Al momento de dar detalles sobre lo ocurrido, indicaron que no vieron que otro gendarme que integraba su grupo haya lanzado piedras contra un mapuche, como así había afirmado un gendarme este martes luego de que otro efectivo reconociera que agredió de esa manera a un manifestante.

El tramo de la declaración en el que todos los efectivos que declararon (faltan hacerlo 16) fue cuando indicaron que vieron "cómo los manifestantes encapuchados huían y cruzaban el río", según explicó el secretario de Cooperación con los Poderes Judiciales, ministerios públicos y Legislaturas del Ministerio de Seguridad de la Nación, Gonzalo Cané

El hecho en cuestión se produjo pasado el mediodía en las orillas del rio Chubut cuando, según lo relatado al juez por Neri Armando Robledo, le arrojó "una piedra un tanto pequeña" que "impactó en la espalda" de un manifestante, quien logró cruzar del otro lado del río Chubut hasta una zona conocida como Territorio Sagrado”.

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En tanto, la Policía Federal y la Prefectura Naval Argentina rastrillaron en tres días cinco de los 800 kilómetros que recorre el Río Chubut, lo que constituye la zona más cercana al lugar donde testigos vieron por última vez a Maldonado el 1 de agosto último, incluida un área donde se había detectado tierra removida, con resultados negativos.

Así lo revelaron a Télam fuentes de la investigación, según las cuales "en los tres días que lleva el rastrillaje se relevaron cinco kilómetros", lo que correspondería a la zona más cercana al lugar donde diferentes testigos afirman haber visto por última vez al joven.

Este miércoles, los efectivos de Policía y Prefectura se trasladaron a un sitio ubicado a 16 kilómetros del predio ocupado por la comunidad mapuche en Resistencia, en la estancia Leleque, departamento de Cushamen, donde se había detectado un movimiento inusual en la orilla del río, como si fuera tierra removida, pero no se halló nada.