El aumento de los alquileres obligó a muchas personas a vivir en pensiones. La crítica situación fue expuesta por Nire Roldán, representante de la Concejalía Popular. De acuerdo a lo que sostuvo, ante la imposibilidad de hacer frente a los nuevos precios, cada vez más inflados, del mercado inmobiliario, los inquilinos se convirtieron en pensionados, bajo condiciones de hacinamiento extremo. La periodista Evelin Machain confirmó en el programa Radiópolis (Radio 2) que las 145 pensiones habilitadas en Rosario están al tope y brindó detalles de la nueva vida de estos nuevos “expulsados” sociales.

Una encuesta destinada a inquilinos realizada en enero de 2016, por el Centro de Estudios de la Concejalía Popular en las 145 pensiones legales, indicaba que el 39% de las personas encuestadas no pudo renovar los contratos locativos producto del aumento de los mismos, que en la mayoría de los casos ascendía a más del 79% con relación al canon anterior.

Si bien los precios solicitados para una habitación oscilan entre $1.200 y $4.000 por mes, dependiendo de la categoría de la misma o de los servicios que este valor incluye, el valor promedio para una habitación en Rosario es de $1.636. “Este dato demuestra que como en los contratos locativos, los precios se han disparado en los últimos años, ya que si comparamos este valor promedio con datos del año pasado arroja que el aumento es del 67%, dado que para la misma fecha del 2015, el valor promedio era de $1040”, evaluaron desde la organización.

Esta suba hace imposible para algunos inquilinos la renovación de sus contratos, según expuso Roldán. Esta situación se ve reflejada en las pensiones, cada vez con menos lugares disponibles: “Sólo el 25% de las pensiones evaluadas tiene hoy vacantes para albergar a nuevos residentes”, advirtió.

Pensionados/ hacinados

Las personas que deben recurrir a vivir en una habitación de una pensión reglamentada sufre el hacinamiento. Según la Concejalía, el promedio de habitantes por establecimiento supera el de 15 personas, mientras que el número de habitaciones es casi de 7 por edificio. Por lo que la relación existente es de 2,3 personas por cuarto.

“Sólo en dos de los locales relevados sus residentes pueden gozar de los beneficios del baño privado, el resto cuenta con un promedio que apenas supera el número de dos baños para la totalidad de sus moradores, el número de cocinas en promedio es similar a la de los baños”, remarcaron.

Los requisitos de ingreso son limitantes. Sólo el 22.2% solo acepta mujeres, y el 55.5% no acepta niños.

Finalmente Roldán reflexionó al respecto: “Estamos viendo gente, familias enteras, que antes vivían en un departamento, que podían alquilar y soñar con una vivienda única de su propiedad y que ahora, lejos de eso, terminaron siendo expulsados a la periferia social”, manifestó.

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