Los fines de semana, los clubes tienen otra vida. Sábados y domingos es habitual encontrar a niños, y no tanto, de todos los tamaños y vestidos de diferentes colores. 

El Tanque, la Pulga, el Laucha, Felipao, son algunos de los integrantes del equipo de Waterpolo sub 12 del club Provincial. Ellos, como tantos otros, proyectan e imaginan competencias y encuentros del deporte que eligieron. 

 “Vení, hay una periodista”, se llaman entre ellos, y empiezan a contar, emocionados, hablando todos juntos: “Estamos juntando plata para viajar a un campeonato a Mar del Plata”.

“Waterpolo es un deporte muy chico acá en el Provin y cuando yo empecé no venía nadie”, relata Luciano. Con una claridad sorprendente, a sus 12 años cuenta que es “bueno en el deporte” y le gusta el grupo. 

Entre todos tratan de explicar las principales reglas del juego. La primera, y la más importante: no se puede agarrar con las dos manos y no se puede hundir la pelota. 

Después, contarán dónde juega cada uno, cómo se hacen las faltas, y otras reglas para entender mejor este deporte del que destacan que lo mejor, es el trabajo en equipo. “Antes era unitario y ahora soy equipatario”, resume Luciano.

Ahora quieren viajar. El último encuentro fuera del club se hizo en Sportmen, dicen. “Pero necesitamos recursos”, reconocen al unísino.

Para que los chicos puedan concretar este anhelo, este sábado 8 de agosto la Subcomisión de Padres de Waterpolo organiza un Té Canasta para recaudar fondos “pro viaje Mar del Plata”, donde participarán todos los clubes argentinos que tienen el Polo Acuático como deporte. Las tarjetas ya se encuentran a la venta y tienen un valor de 50 pesos para los mayores y 25 para menores, pudiéndose adquirir en la sede central del club.

La comisión también ofrecen a empresas interesadas en acompañar, la posibilidad de sponsorear a los equipos de Waterpolo a través de distintas acciones publicitarias. 

Un reconocimiento a la inclusión 

Felipe tiene 13 años, y ha sido diagnosticado con el síndrome de Asperger, un trastorno del espectro autista. Lo miro, hablo con él: “Me gusta nadar y prestar atención”, dice con su voz de púber aún indefinida. 

Después, su mamá contará que Feli va a la escuela Juana Manso con su acompañante terapeútico; destacará a este profesional tan necesario para la calidad de vida de su hijo; dirá que desde hace cinco años forma parte del equipo de Waterpolo del club y, entre emocionada y orgullosa, reconocerá que forma parte de la comisión auxiliar de padres de Waterpolo del C.A.P, y que participa “activamente para devolver un poco de todo lo que se le ha brindado a Feli”.

Elisa habla del recorrido que han hecho desde TGD Padres Rosario, un grupo de padres que decidieron juntarse fundamentalmente para compartir entre ellos una realidad y un presente que querían cambiar, que coincideron en acompañarse para contenerse pero también para salir e informar. “En Rosario hace cuatros años que funcionamos y creemos que se avanzó muchísimo en relación a lo que es el estereotipo del autista, esa persona que se cree que está en su mundo y que no puede comunicarse”.

El autismo es un trastorno que se caracteriza por deficiencias en la interacción social, problemas en la comunicación verbal y no verbal y patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidas y repetitivas en las personas que lo presentan. Pero no es una enfermedad, es un trastorno del desarrollo. 

Una detección temprana y poder contar con apoyos en la infancia garantizan plenamente que los chicos lleven una vida digna. 

“Las redes sociales son buenas para la contención, y te das cuenta que todos pasamos por lo mismo”, dice Elisa al explicar que fue a través de Facebook como comenzó la convocatoria de padres.

Elisa cree que el club es “el mejor lugar para todos los chicos”. Allí, Felipe es un deportista y un compañero más. “El abrió puertas, con su TEA, fue el primero en hacerlo acá y yo lo acompaño”.