Jorge Bedouret, el abogado de Federico Gómez, se mostró favorable a la sentencia del juez José Luis Suárez y aseguró que su defendido atraviesa un gran dolor por las muertes de quienes eran sus amigos. “Lo que sigue viviendo es un chico hecho pedazos”, sostuvo y consideró que sufre una condena social que le impide estudiar y recrearse.

En diálogo con Radiópolis (Radio 2), habló el defensor del joven que el miércoles fue condenado a tres años de prisión de ejecución condicional e inhabilitación de diez años para manejar al encontrarlo responsable del accidente que produjo la muerte de Facundo Aguirre y Emiliano Cáceres en febrero de 2014.

Bedouret se refirió a la reacción adversa de los familiares de las víctimas al oír el fallo: “Para un padre es una tragedia y no hay forma de medir ese dolor pero acá se trata de un tema de Justicia, hay que juzgar de acuerdo a las pruebas que hay en la causa y la conducta que él mismo ha tomado esa noche que terminó tan mal”.

En ese sentido, amplió: “La emoción y el dolor no pueden ser condicionantes, una condena ejemplar –tal cual pidieron los padres de Facu y Emi– es inconstitucional, es volver al ojo por ojo, diente por diente”.

“Federico está muy mal, desde el mismo momento del accidente”, expresó sobre el estado de ánimo de Gómez. “Es una situación dramática. Después del dolor de los padres, viene el de Federico”, advirtió y añadió: “Nunca más se sacará de su cabeza todo esto. Es un drama para siempre, eran los amores de su vida. Con Facundo creció desde preescolar y con Emiliano también. La mamá de Facundo para Federico es uno de sus amores”.

Luego, remarcó: “Federico se sintió muy solo y en un período estuvo medicado, sufrió una tragedia personal que su psiquiatra puede explicar mejor. Tuvo una regresión, como un niño de 4 años, se endurecía su cuerpo. Cuando empieza a comprender lo que pasó, se da cuenta que lo tratan de asesino, de que no tenía a sus amigos. Lo que sigue viviendo es un chico hecho pedazos”.

Para Beduoret además de la condena judicial, hay una social. Según aseguró, el joven no puede estudiar, tampoco va a la cancha ni sale con amigos porque tiene “terror” de ser rechazado o agredido.

Sobre el fallo de Suárez, expresó: “Llegué a la causa al final, no pude ofrecer pruebas, había 45 testigos y uno de la defensa, tuve que remar con los elementos que tenía”, recordó y terminó: “Entendemos que habían ocurrido determinadas cosas que provocaron el accidente, más allá de un estado de ebriedad que no existió, que no se pudo probar”.