El análisis de más de 5,7 millones de niños en cinco países –Dinamarca, Israel, Noruega, Suecia y Australia– concluye que la edad, materna o paterna, puede ser muy relevante en el desarrollo del trastorno del espectro autista. El informe, que se publica en «Molecular Psychiatry», ha visto la tasa de autismo aumenta en los hijos de madres adolescentes y entre aquellos cuyos padres tienen grandes diferencias de edad. Además confirma que los padres mayores tienen un riesgo mayor de tener hijos con este trastorno.

A pesar de que la relación entre la edad de los padres y trastorno del espectro autista se ha visto en otros estudios, afirma Michael Rosanoff, director de Investigación en Salud Pública de Autism Speaks, los datos de este trabajo son 'únicos' ya que se han comparado la información de los registros nacionales de salud de cinco países, lo que ha permitido crear la base de datos más grande del mundo para la investigación de los factores de riesgo de autismo. «La muestra –afirma Rosanoff- nos ha permitido examinar la relación entre la edad de los padres y el autismo a una resolución mucho más alta, casi como si estuviera bajo un microscopio». Ahora, eso no quiere decir que los hijos de padres mayores o adolescentes vayan a desarrollar este trastorno, advierte Sven Sandin. «La mayoría de los niños nacidos de padres mayores o menores se desarrollará normalmente», señala este epidemiólogo de la Escuela de Medicina de Icahn en el Monte Sinaí de Nueva York y del Instituto Karolinska (Suecia).

El trabajo se ha basado en la colaboración internacional para desarrollar el Registro de Epidemiología en Autismo (iCARE), un proyecto cuyo objetivo es comprender mejor los aquellos factores que predisponen o protegen contra el autismo.

En los últimos años se ha hablado mucho de la relación entre la edad paterna y el riesgo de autismo, pero muchos aspectos de esta asociación siguen estando muy poco definidos. Por ejemplo, algunos estudios han visto que el riesgo era mayor sin los padres eran mayores, pero no así con las madres.

Por este motivo se diseñó este trabajo, para determinar si una mayor edad, materna o paterna, aumentaban de forma independiente el riesgo de autismo, y en qué medida cada lo podían hacer.

Así el estudio se centró en las tasas de autismo entre 5.766.794 niños, incluyendo más de 30.000 con autismo, de Dinamarca, Israel, Noruega, Suecia y Australia. Los niños había nacido entre 1985 y 2004, y los investigadores hicieron un seguimiento de su desarrollo hasta 2009.

Factor determinante

Una vez que ajustaron por separado todos los parámetros que podían ser importantes en la progresión de este trastorno, los investigadores vieron que el factor más determinante era la edad del padre, «aunque vimos que también era importante la diferencia de edad entre los progenitores», señala Sandin.

Por ejemplo, el informe muestra que las tasas de autismo eran 66% más alta entre los niños nacidos de padres mayores de 50 años de edad que entre los nacidos de papás en la veintenas, y de un 28% mayores cuando los padres tenían 40 o más años.

Madres adolescentes

Pero también es importante la edad de la madre: las mayores de 40 años tenían un riesgo 15% mayor de tener un niño con autismo que las más jóvenes. Y, el hecho de ser madre adolescente no era tampoco positivo: la tasa de autismo era de un 18% más alta entre los niños nacidos de madres adolescentes que entre los nacidos de madres de más 20 años.

Pero el informe también muestra un dato de nuevo: las tasas de autismo se incrementaba si había una importante diferencia de edad entre los padres: Por ejemplo, si los padres tenían entre 35 y 44 y sus parejas eran 10 o más años más jóvenes, el riesgo era importante, pero también si las madres estaban en la treintena y sus parejas eran 10 o más años más jóvenes.

Los autores del trabajo señalan que el mayor riesgo asociado con padres mayores de 50 años es consistente con la idea de que las mutaciones genéticas en los espermatozoides aumentan con la edad del varón y que dichas mutaciones pueden contribuir al desarrollo del trastorno del espectro autista.

Sin embargo, reconocen, los factores de riesgo asociados con la edad de la madre permanecen sin explicación, al igual que los asociados con la diferencia de edad entre la madre y el padre. «Estos resultados sugieren la existencia de múltiples mecanismos que contribuyen a la asociación entre la edad paterna y el riesgo del autismo», concluyen los autores.

Fuente: abc.es