La fiscal Viviana Fein tiene previsto dar a conocer este miércoles por la tarde, a un mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman, los resultados de las pericias toxicológica y anatomopatológica realizadas sobre su cuerpo, de crucial importancia para determinar las circunstancias de la muerte.

En ambos estudios se buscó localizar sustancias tóxicas que eventualmente hubieran actuado sobre la voluntad de Nisman al momento de su muerte, ya fuera suministradas por terceros o ingeridas por propia decisión.

En todos los casos las pericias permitirán completar el conjunto de indicios con que cuenta la Fiscalía para determinar si Nismam se quitó la vida, como sugirió la autopsia realizada por el Cuerpo Médico Forense que depende de la Corte Suprema de Justicia, o fue asesinado.

La pericia madre, realizada horas después del hallazgo del cuerpo, concluyó que no había habido otra persona en el lugar del hecho, basándose en la posición en que fue hallado el cuerpo, así como en la ausencia de todo signo de violencia.

En línea con esos indicios, el ADN encontrado en el arma, cargador, bala y ropas que usaba Nisman sólo correspondió a su perfil genético.

Para los expertos de la Corte, el orificio del proyectil reveló que el arma prestada por el informático Diego Lagomarsino estaba casi apoyada sobre el cuero cabelludo y que el cuerpo tenía un rigor cadavérico característico de los que se autoinfligen un tiro, con el dedo rígido en posición de gatillado.

El estudio toxicológico se realizó sobre muestras de sangre, mientras que el anátomo-patológico se hace sobre el llamado “pool" de vísceras –hígado, corazón, pulmones y otros–, cuyos tejidos son analizados según protocolos definidos que buscan metales y venenos.

Los peritos de la querella participaron el viernes pasado en una nueva inspección ocular en el departamento del fiscal, pedida por la jueza y ex mujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, al término de la cual dijeron haber levantado nuevas pruebas.

Fuentes de la investigación recordaron que unas 80 personas pasaron por el lugar buscando rastros, por lo que la escena habría sufrido en 26 días grandes alteraciones.

Hasta ahora el dato más firme contrario a los indicios de un suicidio es el resultado negativo en dos barridos electrónicos sobre los tejidos de las manos de Nisman, donde no se encontraron restos de la deflagración.

En tanto, una contraprueba en marcha buscará determinar si esa ausencia es propia de la vieja pistola Bersa modelo 62 de calibre 22 largo, de la que salió la bala hallada en el cráneo del fiscal especial de la causa AMIA.