La falta de lágrimas, o incluso la producción de lágrimas de ‘mala calidad’, conlleva una incorrecta hidratación y lubricación de la córnea y de la conjuntiva, dando lugar al denominado ‘síndrome de ojo seco’. Un síndrome que padece en torno al 5-6 % de la población mundial y que, entre otros efectos, produce molestias oculares, problemas visuales y lesiones en la córnea y la conjuntiva. Y un síndrome para el que, como recoge un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Stanford en Palo Alto (EE.UU.) y publicado en la revista «Journal of Neural Engineering», se ha desarrollado por primera vez un tratamiento efectivo.

Concretamente, el tratamiento consiste en implantar en la glándula lacrimal un pequeño dispositivo electrónico –solo tiene 3-4 mm de longitud y 1-2 mm de grosor– que estimula a nivel neuronal la producción de lágrimas. Y según muestra el estudio, el dispositivo aumenta en hasta un 57% la producción de lágrimas.

Más y más lágrimas

Para producir las lágrimas, el dispositivo estimula la vía neuronal aferente, es decir, la vía que va desde las neuronas sensoriales hasta el cerebro y que activa el reflejo lacrimal. Y es que como muestra el estudio, la estimulación de esta vía resulta incluso más efectiva que potenciar la producción de lágrimas.

Como explica Daniel Palanker, director de la investigación, «en un principio sólo nos planteamos estimular la glándula lacrimal. La gran sorpresa fue descubrir que la estimulación de la vía neuronal aferente ofrece una respuesta lacrimal más potente y duradera».

A día de hoy, el dispositivo solo se ha probado en modelos animales –conejos–, si bien ya se han puesto en marcha los estudios necesarios para su evaluación por la agencia reguladora de EE.UU. –la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA).

Para Palanker, «nuestra idea es que el dispositivo ya esté disponible el próximo año en el mercado. Sin embargo, continuamos con nuestros estudios sobre el mecanismo de respuesta lacrimal, su potenciación y la calidad las lágrimas producidas por la estimulación neuronal». De hecho, la próxima fase de la investigación es evaluar la calidad de las lágrimas, dado que su contenido proteínico y lipídico es tan importante como su volumen.