Un equipo de 12 estudiantes de sexto año de la especialidad de Electrónica de la Escuela Técnica Nº 485 “Vicecomodoro Marambio” de Villa Gobernador Gálvez, diseñaron lentes con sensores de movimiento para personas no videntes.

Fue en el marco del Programa Ingenia y la idea surgió a partir de la reformulación de un proyecto anterior que consistía en una gorra con parlantes que cumplía relativamente la misma función que ahora cumplen los lentes: alertar de la proximidad de una persona u objeto a una persona no vidente o disminuida visual.

Alexis Oviedo, Cristian Ledesma, Pablo Ortega, Giuliana Gómez, Mariana Escobar, Eugenia Oliveros, Nicolás Dearmas, Nahuel Del Sole, Florencia Ribotta, Marcos Pereyra, Nicolás Ramírez Saldutti, y los docentes Daniel Ricci y Alexis Conte son los responsables del diseño de las gafas.

Este proyecto se empezó a gestar en el año 2014, desde la materia Electrónica Digital y Proyecto Tecnológico. Los alumnos y docentes que ya habían ideado la gorra para no videntes decidieron seguir innovando con un prototipo más eficiente.

En un primer momento se realizó una gorra que cumplía una función similar, pero que a modo de sensores tenía dos parlantes pequeños a los costados en vez del chip que actualmente genera la vibración en los lentes. Los sensores de ultra sonido emiten y reciben la señal que al rebotar calcula la distancia, para dar aviso a la persona que usa los lentes sobre la cercanía de una persona u objeto.

La construcción inicial de la gorra llevó un tiempo estimado de ocho a nueve meses de trabajo. Con parte del circuito desarrollado, se aplicó a los lentes pero aun así llevo dos o tres meses más darle fin al proyecto. La idea reformulada fue cambiar los parlantes por los vibradores similares a los que usan los celulares para que su utilidad fuera mayor.

El microprocesador sintetiza la señal para los emisores, luego la detecta con amplificadores, y en el rebote la vuelve a detectar para calcular el tiempo que lleva en ir y venir, avisando de la cercanía con personas u objetos.

El anhelo de la comunidad educativa es que este prototipo que se exhibió en el Programa Ingenia pueda replicarse con un uso social.