Actualmente los dispositivos electrónicos como el celular, las tabletes y notebooks, son cada vez más pequeños y portátiles, lo que facilita su traslado y uso permanente durante toda la jornada. Cada vez es más difícil desprenderse de estas tecnologías, y definitivamente, el exceso de su uso trae consecuencias negativas en el cuerpo.

Los dispositivos electrónicos consiguieron que problemas como la tendinitis, que antes la sufría casi exclusivamente un operario o un tenista, sean en este momento muy frecuentes, ya sea por el uso del mouse, pantallas táctiles o teclados. 

A partir del uso, abuso y mal uso de las tecnologías surgen las tecnopatías, que son aquellas dolencias producidas por la interacción constante con dispositivos electrónicos. Entre las más comunes, se destacan los dolores en las muñecas, manos, hombros o espalda, causados por los esfuerzos repetidos, movimientos rápidos o reiterados, estrés de contacto o malas posturas.

Generalmente esta serie de dolencias son diagnosticadas por los médicos, se receta medicación y posteriormente, se deriva al paciente a un kinesiólogo, quien trata el malestar a partir de una metodología determinada.

Mariano Ariel Merlo, Licenciado en Kinesiología y Fisiatría contó que este conjunto de enfermedades relacionadas a la tecnología, puede ser controlado llevando adelante una vida sana por medio del ejercicio.

¿Cuáles son las patologías más habituales? ¿Cómo se manifiestan?

Desde el punto de vista kinésico, las más frecuentes son las que derivan de la mala postura que surge a partir del uso de los dispositivos tecnológicos. Entre ellas están las cervicalgias, dorsalgias, lumbalgias, lumbociatalgias, síndrome del túnel carpiano, síndrome del manguito rotador, epicondilitis, etc.

El principal síntomas es el dolor y en algunos casos, la limitación de la movilidad, la inflamación y a veces, sensación de hormigueo que se irradia a los miembros.

¿Las tecnopatías pueden curarse con tratamiento kinesiológico? ¿Con qué metodologías?

Desde el campo de la Kinesiología, los profesionales contamos con las siguientes metodologías para tratar estas afecciones: termoterapia (infrarrojo), crioterapia (frío), electroterapia, ultrasonido, magnetoterapia, laserterapia, masoterapia, técnicas manuales, elongaciones neuromusculares, neurodinamia, ejercicios preventivos de fortalecimiento muscular, entre otros.

En la mayoría de los casos estas patologías se reducen con kinesioterapia y fisioterapia. Aún así, hay ciertos pacientes que son refractarios al tratamiento rehabilitador. En ese caso, el médico especialista (traumatólogo o fisiatra) deberá decidir qué otras opciones son viables para cada situación.

¿Qué pueden hacer los usuarios de estos dispositivos para mejorar la calidad de vida?

Existen numerosos estudios científicos que concluyen que la actividad física controlada es muy importante no solo para llevar una vida sana, sino para prevenir enfermedades. 

Entre los algunos de los beneficios sobre el organismo a la hora de realizar actividad física, están la prevención de enfermedades cardiovasculares, control de la diabetes, hipertensión arterial, obesidad. Además ayuda a fortalecer los huesos aumentando la densidad ósea y fortalecer los músculos mejorando la recuperación post ejercicio. Ejercitar colabora también a nivel psíquico, a combatir el estrés, la depresión, la ansiedad, el insomnio, mejorar la autoestim. y controlar el sueño. Si todas esas cuestiones están controladas por la actividad física, el cuerpo se encontrará en equilibrio y será menos propenso a contraer estas tecnopatías.

Alternar el uso de la tecnología con actividad física controlada, es la clave para mantener una vida saludable, sentirse flexible, y evitar de esta manera, riesgos de lesiones respecto a los dispositivos electrónicos.