El clásico del fútbol rosarino no deja de provocar consecuencias inesperadas, algunas repudiables, como el desplazamiento de un colaborador del club Newell's Old Boys, quien el domingo último ingresó corriendo a la cancha para tapar con arena un charco de agua. El hombre usó una frapera para llevar la arena y la catarata de cargadas de la parcialidad auriazul no se hizo esperar.

Carlos Luna, encargado de ayudar en el mantenimiento del campo de juego, ingresó al mismo a pedido del árbitro del encuentro que solicitó se tapara el charco cercano al arco de Caranta.

Lo insólito fue que el hombre echara mano a una hielera para cumplir su tarea, lo cual le valió innumerables chistes que se reprodujeron en las redes sociales. Lo inédito es que esas cargadas, propias del “folclore” del fútbol, causaron su desplazamiento, según información a la que accedió El Tres este miércoles.

Fuentes ligadas al club aclararon que se trata de un “colaborador” y no un empleado de la institución del Parque, como en un principio se difundió, por lo cual descartan que se haya tratado de un despido.