Los primeros 20 egresados del bachillerato trans Mocha Celis, que se cursa en Capital Federal, recibieron su diploma como peritos auxiliares en desarrollo de las comunidades. Sus mentores y mentoras lo definen como “un espacio educativo especialmente dirigido a personas travestis, transexuales, transgéneros, mujeres y varones trans, que garantiza a sus estudiantes el acceso a una educación libre de discriminación por orientación erótico afectiva e identidad o expresión de género”.

La iniciativa surgió en el año 2012, luego de constatar que muchas personas pertenecientes al colectivo trans se encontraban en una situación de marginación extrema. El proyecto fue pensado para intentar dar respuesta a la exclusión que vive ese sector de la población. También se fundó con el fin de proponer una revisión del sistema educativo, en relación con la vivencia de la diversidad dentro de la escuela.

“Este año se recibió la primera camada de egresados y egresadas, y fue el resultado de tres años de trabajo y de repensar la manera de llevar adelante este proyecto socioeducativo”, señaló la directora académica del Bachillerato, Vida Morant, en diálogo con Rosario3.com.

“Pensamos un proyecto inclusivo, para que nadie sienta discriminación por su construcción identitaria, nivel socioeconómico del cual provienen, cultura o ideología, y así se fue poblando y nutriendo de diversidad esta escuela. Nos iniciamos con una matrícula no superior a los 15 estudiantes y hoy casi alcanzamos el número 100”, describe la directora, con satisfacción por el logro.

Mocha Celis

El Bachillerato Popular Trans, única escuela con estas características en el mundo, funciona en la Mutual Sentimiento, Federico Lacroze 4181, 5to piso, Buenos Aires y toma su nombre de una travesti tucumana analfabeta, que –se sospecha– murió asesinada por la policía en los '90.

“Tenía una particularidad que surge del relato de sus allegados –cuenta Morant–: desde el no saber leer y escribir, ella tenía un fuerte deseo de aprender. Ese relato llegó a nosotros y nosotras, quienes elegimos su nombre como representativo de la fuerza del deseo y la esperanza.

La propuesta pedagógica

Según describen sus hacedores, la iniciativa se enmarca en la Dirección del adulto y del adolescente, desde los 16 años en adelante, y el título –que los estudiantes obtienen al graduarse y contó con validez oficial desde el comienzo– es Bachiller perito auxiliar en desarrollo de las comunidades. 

“Llevamos adelante un trabajo particular, con materias propias de este plan que apuntan a lo comunitario y lo social, pero también intentamos que esos contenidos tengan una implicancia en la vida concreta”, explica la directora y agrega que trabajan “desde un modelo educativo constructivista”, procurando que el conocimiento que circula, sea significativo tanto para la historia de vida con la que los estudiantes llegan al cursado, como para la vida cotidiana actual de cada uno de ellos”.

Las materias que componen la oferta educativa se organizan en torno a dos ejes fundamentales que atañen a esta población en particular: el conocimiento de sus derechos, para poder hacer ejercicio y defesa de los mismos, y el desarrollo de perfiles ocupacionales, en pos de poder ingresar al mercado de trabajo.

La escuela también cuenta, en contraturno, con una propuesta pedagógica de capacitación en formación profesional, donde se imparten cursos de distinta índole: gastronomía, audiovisuales y secretariado ejecutivo, entre otros.

Ocho de los docentes que integran el plantel de la institución pertenecen al colectivo Trans, pero ésta no es una condición imprescindible para conformar el staff. La característica que abraza al equipo es su procedencia ligada al activismo, el feminismo o algún recorrido de las temáticas que allí se abordan.

Inscripción abierta a todos y todas

El Bachillerato Trans Mocha Celis tampoco es exclusivo para identidades trans. “Raro hubiera sido que justamente quienes demandamos ser parte de nuestra sociedad, nos organizáramos en un ambiente exclusivo”, destaca la directora académica y da precisiones sobre el título que brindan.

“Una de las acepciones que el lenguaje le otorga al término «trans» es «más allá de». Entonces, desde ese lugar, podemos alzar la bandera de que más allá de la cultura, la raza, la construcción identitaria o el sector social del que cada persona proviene, este espacio garantiza el bienestar de la no discriminación”, remarca Morant.

En ese sentido, agrega un dato que evidencia el logro del objetivo planteado en 2012, cuando la institución abrió sus puertas: del total de alumnos, alrededor de 40 por ciento pertenece al colectivo trans. Es decir que la mayoría no tiene esa identidad sexual o de género, y aún así elige la propuesta del Bachillerato Mocha Celis como espacio educativo.